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Fiestas de verano

En verano las fiestas también pasan por aquí. Tenemos muchos músicos, bien sincronizados, que hacen música marchosa, por la mañana en la despertá acompañada de petardos

y por la tarde acompañando a cada Filá

La costumbre es sacar sillas a la puerta y sentarse a verlos pasar. Yo me levanto y hago fotos y le pregunto a Pablo si le gusta la música

-Me gusta más la de mi pueblo, que son «jotas» y la gente las baila, unos con otros… Aquí no se «veede» que bailen

-¡Uy qué no! Mira los pies al compás de todos y la espada cómo la baila el que dirige

-¡Que eso no es bailar, eso es «desfilar»! Y luego pa remate, un teatro que hacen…y que siempre ganan los Cristianos…

Luego otro día sacan en procesión al Divino Salvador; acompañado de orquesta, porque la música no falta. Y también salimos a verla pasar desde la puerta

-Este sí se parece al de mi pueblo, que también le llevan en andas… Pero no es costumbre ir así como aquí, tan en fila de uno, allí se apelotonan más y van de prisa…

-Así terminan antes para ir al baile.

-…Se conoce…

-Pues esta noche viene una orquesta y seguro que tocan pasodobles ¿Quieres ir?

-Déjame a mi de bailes, yo ya estoy pa ir desfilando a la cama…

¡Ay, quin home!

IMG_20171017_201103.jpg-Pablo, que no nos suben la paga…

-Es que cada día trabajamos menos

-Jajaja, ay quin home aquest, siempre té resposta per a tot, jajaja, claro que trabajamos poco ahora, pero ya hemos trabajado antes ¿No Pablo? ¿Te acuerdas de la temporada de la naranja? Allí en el almacén embolicant i preparant les comandes…

-En mi tierra era la aceituna y la siega

-Y ¿en tu tierra hubo guerra?¿Hacían trincheras? Aquí era Negrín, dicen que era médico, el que estaba, ¿en tu pueblo quién mandaba, Franco?

-En mi pueblo era zona roja

– Aquí oíamos cómo bombardeaban Denia, ¡todavía lo oigo!…- se quedan en silencio los dos- …¡Ay, cómo me duelen las rodillas! Le digo a mi hijo que me pesan las piernas y me dice, no son las piernas son los años…¡los años! Son noventa años, !Moltes hores!…¿Qué día es hoy?…¡Ay!…Cuando trabajábamos nos acordábamos bien del día que era, esperando que llegara el domingo…Pero si había comandes, se trabajaba día y noche, sin descanso…Y ahora todos los almacenes cerrados y los jóvenes sin trabajo…

-Entonces, Rajoy ¿No nos sube?

-Jajaja, él sí que subirá, pero nosotros no…Siempre es lo mismo para los pobres…¡Pero cuéntame cosas bonitas de cuando ibas al baile…anem!

-…Cuando iba al baile bailaba…

-Jajajaja, cuando iba al baile bailaba…¡Ay quin home!

 

Genoveva de Brabante

En la semana que está pasando en casa de estas buenas y acogedoras personas, Pablo come con más apetito sin que se le hagan bola las verduras en la boca y se sienta tranquilo en el sillón muy contento de tener oídos nuevos para contar sus ocurrencias.

– A mí leer nunca me ha gustao, no es que no sepa, es que se me hacen los ojos chiribitas y no me queda por menos que dejarlo y ponerme a hacer otra cosa…Al cine sí que he ido mucho, con mi novia de formalidá, que no gustaba mucho de ir al baile…y allí en el cine se veían también  buenas historias…¡Uy!, me estoy acordando de una que  llamaban Genoveva de Brabante, que era una mujer que se tuvo que echar al monte porque su marido que estaba luchando a espada, contra los moros, se creyó…¡vamos,  que contaron que ella era una mala mujer y había estao con otro!, pero no estaba y tuvo que alimentar a su hijo con raíces y yerbas, hasta que su marido se echó a deber de que todo era una falsedá de los malidicentes y se fue en su busca…

-Pero, oyes, qué memoria! -dice Paco levantando la cabeza de su libro-Si esa película debe ser muy antigua, de las mudas, de las de Rodolfo Valentino…

– Es que a mi noviaaaa…no le gustaba el baile, vamos, que no bailaba bien…y al cineee…¡Uy, al cine!

La enfermera Concha, que no duele, se entera de la historia de Regino el torpe

– A ver si me la vas a clavar, Concha…como se la clavaron a Regino el Torpe

– A ese no le conozco yo, Pablo

– Era uno de mi pueblo, que estando bailando con su novia de formalidá, va y le llega un telegrama que le dice: «Preséntese en la estación de Erustes a recoger a su mujer y a su hija que llegarán a tal hora» Y es que había estao de asistente con un sargento y le llevaba la ropa a lavar y a los arreglos…a la casa donde vivía esa chica…y la clavaría, ¡Claro! Porque llamó a un taxi que había y allá que se fue a recoger a la mujer y a la niña, dejando a su novia, que se llamaba Gonzala…pues así…pero luego encontró a otro, a uno que era muy bruto pero buena persona… Y a Regino, empezaron a llamarle el Torpe, porque corría la voz por el pueblo, de que esa niña era del sargento y que se la habían clavao a él

-¡Caramba, Pablo, qué cosas me cuentas!

– Pues dio la casualidad de que estuve trabajando luego con este Regino en un finca de labor y ¡Oye! Me dijo que era muy feliz con esa mujer, que se llevaban divinamente, ¡A lo mejor se hubiera llevao peor con la otra!, nunca se sabe…Como tú, que me pinchas, pero ni gota me duele…

El retrato

He encontrado una foto en la que está con su novia, los dos muy jóvenes y la hemos colgado en la pared de su cuarto.

Se queda mirando atentamente, luego se ríe:

-Es que a las fiestas de los pueblos iba siempre un fotógrafo. Tenías que ponerte, muy quietito, mientras él metía la cabeza en una cosa…como una manga ancha que salía de la cámara, hasta que daba el chispazo… Pero no salía al instante, ¡Uy! Tiempo había pa echar un baile hasta que te lo enseñaban …Una vez -se ríe- ¡acarreaba también la estampa de  un avión, ná menos! y nos hicimos una foto mi amigo Rafa y yo como si fuéramos subíos…Uno conduciendo y otro atrás…yo no sé qué habrá sío de eso…

Yo recuerdo haber visto esa imagen que dice, con García Lorca y Buñuel en el avión de cartón; debía de ser un decorado muy popular. Se la enseñoIMG_20170725_072412.jpg

– ¡Esa misma es! Y ¿Qué hace ahí? – Pero no repara más tiempo en ello. Se levanta, vuelve a pararse enfrente de la foto en la pared – ¡Ay qué ver! Ya no me acordaba de cómo era – Y se queda ahí, mirando

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¡Ay, qué tía jodía!

-¡Uy mi abuela Faustina!, tos se querían poner a su lao pa la aceituna y en las ocasiones de reunión. Es que era un caso… Contaban que siendo una vez las fiestas de la Paz, en Villarejo,  le dijo a mi abuelo de ir al baile y él, que no quería, que cómo iban a ir…Y va y dice ella, pues me voy yo sola y se fue pa la puerta,  la abrió y cerró de un portazo, quedándose escondía en el cuarto, que estaba según se entra. Como mi abuelo era muy sordo, sólo oyó el ruido del golpe y creyò que había salido de verdá y muy enfadao,  les dijo a los chicos, que eran mi padre y sus hermanos, que no se les ocurriera abrir la puerta: «Que esta noche vuestra madre duerme al raso». Así que se fue a la cama, que no sé porqué pero me acuerdo perfectamente que era ¡Uy, una cosa altísima! Y pa alcanzar a gatear había que subirse a una silla. Total que cuando echa el pie pa’rriba, va y se lo agarra ella que estaba  debajo, esperándole…»¡Ay, qué tía jodía!  Así que estabas ahí». Y se reían mucho.wp-1499176056677.

Sí, esos son, Petronilo y Faustina

Como las liebres

-Yo es que no duermo. Descanso pero no duermo. Estoy siempre al acecho. ¿Tú sabes que las liebres duermen con los ojos abiertos? No, tú ni habrás visto nunca una liebre…Pues están así encogidas, agachás, con los ojos abiertos, pero yo sé que están dormidas – imita con mímica el movimiento de un cazador furtivo acercándose a la presa- … y me acerco así despacito …y ¡zas! cuando quiere acordar ya la he cazao. Pero el que no lo sabe cree que está despierta. Es que en el campo se aprenden muchas cosas. Tú es que no te has criao en  y el campo y no has vivido esoIMG_20170609_164245.jpg

*Pinto una liebre imitando a Durero

– Pero yo te veo y duermes con los ojos cerrados

– Sí, si yo los cierro, pero veo las cosas tan claramente, como en una película, cosas que son verdá, como cuando bailaba al son del acordeón y cuando dormía en el campo y que siempre se cazaba algo si tenías el dormir ligero…si te duermes profundo, como mis primos que no había dios que los despertara, es como si estuvieras muerto.

*Se cree que el maestro, Durero, utilizó una liebre muerta de modelo

 

Donde se para a conversar de (bailes, chicas y jabalíes) lo que se fue y no volverá

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Pablo.- ¡Vaya moto que te has echao!

El templao valenciano.- «Y tú quin garrot»

P.- Este me lo hice yo de una…

TV.- ¡Ja ja ja! «Si dic la companyia»

P.- (…?)

El templao dirigiéndose a mi, cuenta

TV.- ¡Menudo era este elemento! Es que yo era el presidente de la «associació de jubilats» y él iba todos los sábados al baile, «però no siga com siga», ¡eh! Con sus botines «ben enllustrats» y el pantaló «ben estret» con un cinto, todo «elegant» como un «Fredaster»…¿Eh Pablo? Cómo se te «acostaven» para bailar contigo, sobre todo aquella morena «xicoteta»…¿Qué fue de ella?

P.- Ya murió

TP.- ¡Ah, coño! Ya decía yo que no se la veía…A ti sí que te veo que «camines ben lleuger»…Yo en cambio, mira, tinc l’esquena roïna y no me quieren meter mano ya, a mis años – sonríe – Pero en esta motosilla «no se’n va malament» ¿eh? Vengo hasta aquí a ver lo que está haciendo mi hijo en los naranjos. Que los quiere cercar para que no entren los «jabalines» – me mira atentamente – ¿Sabes que un jabalí te puede destripar con esos colmillos que tiene? ¡Jajajaja! Si yo «fora un porc senglar» a más de uno le sacaba las tripas… Pero ya no es lo que era, ¿eh Pablo? Esos tiempos no vuelven…

P.- No

 

cambios de ánimo y soplos de viento

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Hoy hace viento y en la playa hay un grupo de gente practicando kitesurf. El aire eleva las cometas de colores y ellos se deslizan sobre el agua que hace espuma. La gorra se separa de Pablo y quiere también participar del baile. Corro a recogerla mientras él trata de coordinar sus movimientos y cuando se la entrego le cuento que en el oeste no es buena cosa perder el sombrero

-Sí es que no puede ser, si es que aunque quiera, ya los movimientos no me obedecen…En otro tiempo ¡ibas a haber cogido tú la gorra antes que yo! ¡La había cogido yo de un brinco!

Se cala la gorra como si se calara una inquietud en la cabeza y volvemos a casa. En la puerta de al lado está Conchin, nuestra vecina que está haciendo limpieza en su casa. Nos saluda y nos dice lo admirada que está de lo bien que anda Pablo

-Mi suegra, que tiene unos años menos, anda así – y hace la imitación de andar muy despacio y torpemente- Pero tú Pablo ¡Hay que ver lo bien y lo mucho que andas!

-¡Uy! Yoooo,  voy y vengo a la playa divinamente…y mucho antes de que se levanten estos ya estoy en danzaimg_20170208_200727.jpg

La enfermera se llama Concha

Hoy, de camino al centro de salud,  me ha dicho varias veces que la enfermera se llama Concha y que llegó aquí hace ya mucho.

-¿Qué tal estás Pablo?

-Yo muy bien, y tú?

Pues efectivamente le ha encontrado bien, de tensión, de peso, de ánimo. Y él nunca les dice si le duele algo, o si tiene alguna preocupación, no vaya a ser que «no le aprueben el examen».img_20170117_162054356.jpgEscucha muy atento las recomendaciones de la enfermera, que dé paseos que coma equilibradamente y que se distraiga haciendo puzzles o jugando a las cartas, que es muy bueno para ejercitar la memoria… Y a la salida me pregunta

-¿Qué ha dicho Conchita?

-Que hagas puzzles, que es muy bueno para distraerse

-No sé ni lo que es eso…

-Rompecabezas! Eso que son piezas que tienes que ir juntando…

-¡Bastante rota tengo yo la cabeza! -sabe que me ha hecho gracia y se le iluminan los ojillos- …Si sé lo que es, si eso se lo compraba yo a el irregular de pequeño…Lo que tiene e que es mucho lío para mi. Si yo estoy bien, si yo me distraigo pensando en cuando de cualquier cosa hacíamos baile y música…En ese tiempo!