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El tiempo de las cerezas

Le han cambiado la medicación de nuevo y el efecto es una relajación muscular excesiva, que le resta, aún más, equilibrio. Eso no le impide seguir mostrándose digno e independiente. No me llama cuando tiene que ir al baño por la noche, lo descubro yo por él sonido del golpe, no el que se da contra el suelo que es leve como su peso, sino el de tratar de levantarse dándose impulso; sin una queja, sin una llamada.

Cuando venimos de que le curen, (no os asustéis) una pequeña brecha que se hizo en la cabeza, unas vecinas nos traen un cesto de cerezas

Como hace algún tiempo que «no le pasa lo sólido» y estamos a dieta de flanes y papillas, las vecinas me recomiendan recetas triturando la fruta con canela y azúcar… Él dice «¡Cosas que pasan!» y hace un gesto con la mano quitándole importancia. Cuando nos quedamos sólos me pide que le lleve unas pocas, que las quiere masticar.

Las come con gusto. Coge dos de las que van unidas por el rabo, me las señala y dice

– Esto se lo ponían las chicas en las orejas ¡de pendientes!… – sonríe – ¡Qué tiempos!

Pablo ha cumplido noventa

Y le han ido llamado todos los de la familia para felicitarle y a todos les ha dicho, uno por uno, que eran los únicos que se habían acordado del día de su santo y cuando le preguntaban que cuántos hacía, él se quedaba pensando y calculaba ochenta y tantos porque

– ¿Noventaaa? Eso son muchos…¡Casi cien!

También estaban unos amigos con nosotros y hemos comido arroz a banda y trucha y una tarta de peras en el huerto. Pablo ha soplado la vela

– Fíjate, si todavía soplo…

Ya vendrán tiempos mejores

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– Ven a mi puerta Pablo, y nos sentamos allí a ver la fiesta, que por esta calle pasa todo el mundo…Sacamos unas sillas y verás qué bé lo pasamos…Porque, no sé tú, pero yo no estoy para ir al baile…¡Ay, cuánto he bailado yo y para lo que me he quedado!

– Bueno, ya vendrán tiempos mejores…

– Però, ¿què dius? els temps millors ja van passar, no milloraran ni una miqueta, per a nosaltres, dic … per als joves sempre és el bo, el que ha de venir… jajajaja…¿No entiendes lo que digo?

-Eso nunca se sabe. Lo que estar por venir.. Mejor pensar que va a ser bueno ¿Qué trabajo cuesta?

– Ay Pablo, ¡Qué cosas dices! Ahora soy yo la que no entiendo…Mira ya estamos llegando a mi puerta y mira aquests nens que bé toquen el tambor per a la fila … són molt bones festes les d’aquest poble, al fet que no les teniu així a la capital.

Tiempo de melón

Aunque esté en la mesa y tenga sus cubiertos, cuando sale el melón, saca su navajita del bolsillo, la abre y va haciendo con ella trozos pequeños que se lleva a la boca sin soltarla wp-1499065002675.

Mientras esto hace con parsimonia, moviendo el tiempo a su modo y manera, recita mi navajita bien corta un chiste de gallegos. (Véase, el que lo quiera, yendo a entrada 23/4/17) Echa la cabeza hacia atrás, mira a la parra y se asombra de la cantidad de uvas y de que no nos preocupe compartirlas con los pájaros y con esa amiga nuestra que le dijo que iba a venir a llevárselas para hacer vino.

– ¡Miá tú, a ver si atina! Bien que me preguntó y yo bien que le dije pero, no creo ni que se ponga; ahora ya no se gasta tiempo en aprovechar las cosas

Mira el melón que ha quedado en el centro de la mesa y vuelve a partirse una rajita, repitiendo el proceso

– Esto se come sin sentir, como un caramelo… a vosotros es que os ha tocao vivir en un buen tiempo… ¡Aquí, claro! Que en otros sitios habrá que pasen hambre y estén en guerra ahora…¡Qué mal repartío está el mundo!

Navegando entre turbulencias, desvaríos, conspiraciones y…

Hay un incidente, infiltrado en muchas de sus historias, de alguien que se fue del pueblo a consecuencia de un acontecimiento «histórico». .Cuando llega a «ese evento» en el relato, misteriosamente, pierde toda comunicación con la lógica aparente pero se mantiene firme en el puente de mando

-Entonces ese que era tan malo y que hizo tanto daño a tó el mundo, se fue de allí cuando se enteró que había muerto Franco

– Pero Pablo, si estás hablando de los años cuarenta y Franco no murió hasta el setenta y cinco…sería otro el motivo que le animó a irse…

– Pero, ¿cómo que nooooo? ¡Lo que tiene es que lo escondieron!

-¿ A quién escondieron?

-¡ Pues que no lo dijeron!, pero murió poco después de acabar la guerra…Se lo llevaron de ese hospital envuelto en una alfombra

– Yo creo que te confundes con alguna película que has visto

– Que no, ¡coño! Que luego le pusieron una mascarilla

– ¿A quién ?

– Pues al otro,  cuando hubo esa cola tan larga de gente pa ir a ver si era verdad que estaba muerto…Si uno de mis hermanos, no sé quién de ellos, se acercó hasta allí y luego me lo dijo. ¿Qué sabréis vosotros?

Y la nave vaIMG_20170529_110959155.jpg

Una mareíta muy fina

Así como recuerda y cuenta con gran detalle sus historias de infancia y juventud,  el tiempo de ahora le parece una invención laberíntica por donde deambula sin saber si lo sueña, o lo vive.

– Pablo ¿Seguimos con el árbol?

– ¡Uy, no! No tengo ganas de ponerme a trabajar con esta mareíta tan fina.

Y se mete en la caseta a quedarse dormido. Una hora después le llamo

-Pablo

-¿Qué hora es?

-La hora de bocadillo

– ¿Es que ya hemos trabajao? El bocadillo hay que ganárselo.

– Yo creo que tú ya te has ganado todos los bocadillos de todas las jornadas del mundo, ¿qué no?

– Y yo qué sé, si no sé ni lo que me dices, pero – se levanta de un brinco y sale- ¡Uy! Parece  que se ha levantao una mareíta fina y no hace tanto calor como antes ¡Habrá que hacer algo!

-Lo que quieras

– Pues si no mandas ná, voy a ponerme con el árbol, a quitarle las ramas que estorban pa moverlo – Va hacia el árbol – Para esto va a hacer falta una herramienta de podar, pero ¿dónde estarán?

-Ahí, en su sitio

Suspira, coge una tijera podadora bien grande y se pone a la tareaIMG_20170524_161537.jpg

 

Donde se para a conversar de (bailes, chicas y jabalíes) lo que se fue y no volverá

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Pablo.- ¡Vaya moto que te has echao!

El templao valenciano.- «Y tú quin garrot»

P.- Este me lo hice yo de una…

TV.- ¡Ja ja ja! «Si dic la companyia»

P.- (…?)

El templao dirigiéndose a mi, cuenta

TV.- ¡Menudo era este elemento! Es que yo era el presidente de la «associació de jubilats» y él iba todos los sábados al baile, «però no siga com siga», ¡eh! Con sus botines «ben enllustrats» y el pantaló «ben estret» con un cinto, todo «elegant» como un «Fredaster»…¿Eh Pablo? Cómo se te «acostaven» para bailar contigo, sobre todo aquella morena «xicoteta»…¿Qué fue de ella?

P.- Ya murió

TP.- ¡Ah, coño! Ya decía yo que no se la veía…A ti sí que te veo que «camines ben lleuger»…Yo en cambio, mira, tinc l’esquena roïna y no me quieren meter mano ya, a mis años – sonríe – Pero en esta motosilla «no se’n va malament» ¿eh? Vengo hasta aquí a ver lo que está haciendo mi hijo en los naranjos. Que los quiere cercar para que no entren los «jabalines» – me mira atentamente – ¿Sabes que un jabalí te puede destripar con esos colmillos que tiene? ¡Jajajaja! Si yo «fora un porc senglar» a más de uno le sacaba las tripas… Pero ya no es lo que era, ¿eh Pablo? Esos tiempos no vuelven…

P.- No

 

Se lleva la mano a la cabeza tratando de situarse en las horas del día (sospecha que se las he desordenado)

-Vale, te dejo en paz. Cuéntame tú las cosas que vendías en la tienda

-¡La tienda! De eso hace ya mucho…Y hasta íbamos a vender a otros pueblos…Una vez llegamos a uno con una buena carga de albaricoques y como supieron que íbamos de San Martín y ya tienen fama de buenos, los albaricoques, pues los vendimos ¡Uy! ¡Fue visto y no visto! Y mientras tanto había uno en la plaza con judías y que nadie se paraba delante de él ni a ver lo que llevaba, el hombre. Así que mi padre le preguntó que si eran de su cosecha y que por cuánto se las dejaba si le compraba todas…Y se las dejaría por poco porque cerraron el trato enseguida y en el siguiente pueblo que pasamos, ya de camino al nuestro, se nos ocurrió ponernos a vender y ¡oye!, lo que es llegar a tiempo, las liquidamos enseguida también… Así que ese día no se nos dio mal, no.

-Y ¿cómo tendrás todo eso de hace tanto tiempo tan bien organizado en tu cabeza?

– Porque ¡eso ha pasao de verdad!

-Y ¿lo de ahora qué? ¿es un sueño?

-¿Sueñooo? Pues ¿qué hora es?IMG_20170414_112550517.jpg

¡Pies para qué os quiero!

De buena mañana:

-Como ayer te «fuistes»sin decirme ni las buenas noches ni ná…¡Por lo menos yo no te oí decirme ná!…Pues pensé que estarías enfadá por algo… Así que, ¡mira! me voy a dar un paseo aunque sea sólo hasta la playa, porque no se me pueden tener quietas las piernas y no voy a estar esperándote aquí sentao hasta que puedas salir conmigo…

-¡Pablo !- se da la vuelta y aparenta que no me oye -¡Pablo!- Sigue trajinando con las llaves en la puerta. Me acerco a él y le fuerzo a mirarme- Oye ¿No te acuerdas que tenemos cita con la enfermera?

-No me va a quedar más remedio que esperarte entonces

Cuando entramos a la consulta, ya se pone todo formal y atento a lo que le preguntan y me mira antes de contestar. Se tumba,con esa agilidad de yogi que tiene, en la camilla y Concha le hace una examen de sensibilidad en los pies. Le va tocando y él distingue, sin mirar, lo frío, lo caliente, los pinchazos y las cosquillas. img_20170308_183401643.jpg

-Está todo perfecto, Pablo-le dice mientras anota los resultados y le mira calzarse en perfecto equilibrio

-¡Si lo sé! No los tengo muertos los pies, no..

Las vainas mágicas

Según dice,  anda porque se lo piden las piernas. Se pone en marcha con prisas y de una manera automática, mecánica. Le digo  que se detenga un poco, que piense en el camino, que se fije en ese árbol que hay delante…

-Es que yo siempre he tenido algo que hacer y andaba bien listo pero ahora…Puede que sea un algarrobo el árbol ese -dice pero da la sensación de que no mira…

Que se me escapa de aquí y…

-…Una vez en ese tiempo de tanta escasez que hubo…Que llevaba mi padre dos días por ahi sin encontrar nada, se topó con unos algarrobos que nadie había recogido y llenó dos sacos con las vainas, que son muy duras, de la forma de la quijá de un burro…y en llegando a Villarejo llamó al pueblo para que avisaran a mi madre de lo que llevaba

-¿Por teléfono?

-…En cada pueblo había una central, claro…Bueno, el caso es que antes de que le llegaran con el aviso a mi madre, ya se le había llenao la tienda de mujeres que se debían haber barruntao algo ¡Fíjate, por un alimento que servía de forraje! Así que se vendieron las vainas… antes de que llegara mi padre acarreándolas.