Se sienta a abrocharse el cinturón y pelea un buen rato con la hebilla y sus dedos
-¡Ay que ver!
-¿Te ayudo?
-Si es que me estoy acordando de un cantar que decía «Hay que ver hay que ver las ropas que hace un siglo llevaba la mujer» -mientras habla no deja de luchar con su cinto- Era un cantar muy famoso…¿Tú no le conoces? Seguía diciendo -canturrea- «Creo yo, creo yo, que con una de esas faldas se hacen lo menos dos…» Pero no hace tanto que llegó un día mi abuela, ¡yo no sé pa qué!, sería pa llevarnos alguna merienda a mi primo y a mi…es que había que estar cuidando los melones pa que no selos comieran los cuervos…La cosa es que fue llegar mi abuela y ponerse a llover, no mucho, así un llovizneo, pero que te cala si te quedas quieto…y entonces mi abuela empezó a quitarse faldas y nos dio una a mi primo y otra a mi y ella se agarró de otra y se la echó por’cima de la cabeza…¡Y todavía le quedaban faldas debajo!- se ríe- ¡Qué cosas se le quedan a uno en la cabeza!…Ya está ¡abrochao!