Archivo por meses: abril 2018

Se nos rompió el frigo y hemos ido al centro comercial a comprar uno nuevo

Esto parece un púlpito, o ¿cómo se llama eso de las iglesias? Es que me estoy acordando de Don Teodoro, el cura de mi pueblo, uno que no gustaba mucho a las beatas…y que porque cuando llegó al pueblo era el tiempo de las comuniones y preguntó que si sólo esos niños la iban a hacer, porque habían adornado con telas blancas y flores dos bancos de «alante» y le dijeron que eso era na más que pa los hijos de «Fulano» o yo no sé quiénes seríen, alguno de los riquillos…y que los otros niños que también la hacían, se sentaban detrás en los bancos sin adorno…Y el cura dijo que ¡ah,no!, que para to’s iguales, que o todos los bancos adornaos o que ninguno, entonces…Y más cosas así que fue haciendo, contrarias a lo que ellos gustaban de gobernar, ¡miá tú! Así es que, entre ellos hicieron un escrito de quejas que enviaron al obispo de Toledo, ¿Se dice así, obispo, al jefe de los curas? Bueno, lo que fuera, el caso es que la carta esa, no se sabe cómo, llegó a las manos de don Teodoro – se ríe – Y que cuando fueron a misa, le vieron allí subío al púlpito y que les dijo: «No estaba yo muy seguro de si quedarme o no en este pueblo, pero os voy a leer esta cartaaa que me ha convencío pa quedarme…Y los leyó la carta a los mismos que la habían escrito ¡Qué chasco se llevarían! Yo no lo vi porque no acudía a la iglesia, pero fue muy pregonao luego. También se dijo, no sé quién se enteraría, que’sque el secretario del obispo era hermano del cura y que por eso se la destapó a él en vez de andar con tonterías a importunar a su jefe ¡Qué se habían creído!

Después de elegida la nevera, va recontando la historia de ese cura, que era vasco, elevando la voz con emoción, para que le oigamos bien por la escalera (todos).

-Y allí que se quedó ¡Menudo era!

Sol y sombra, «me acuerdo»

Hemos llegado andando hasta la playa y nos hemos sentado en la piedra de pensar. Llevamos un par de minutos en silencio, él haciendo rayas en la arena con su bastón y yo…De repente se levanta y me pregunta

-¿Sabes cómo conocía yo que había llegao el medio día? …Pues me colocaba así, con el sol en la espalda y si echando el pie p’alante – hace el gesto de pisar su sombra – me pisaba la cabezaaa

…es que había llegao la hora de parar a comer – se ríe, se sienta de nuevo y empieza a cantar –

🌫️🎶ya se está poniendo el sol, hacen sombra los terrones, mírale la cara al amo, verás qué mal gesto pone🎶🎶

Eso era un cantar que hacían las mujeres en la aceituna, queee había algunos amos que se les hacía poco la jornada de sol a sol y ponían mala cara cuando se acababa…Luego ya vino la ley de las ocho horas, perooo ¡ya pa’qué! – se ríe – Ahora yaaaa…voy con el sol a la espalda…y la sombra también…¡Ah! Había también una bebida que lo llamaban «solysombra» ¡Yo no sé porqué me acuerdo de eso ahora!