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Las cargas de leña

Veo a un hombre que carga y coloca troncos cortados de naranjo sobre un camioncillo rojo y saco el móvil para hacer unas fotos robadas; pero nos ve, se detiene en la tarea y nos saluda. Le pregunto si puedo hacerle una foto y rápidamente salta al suelo y posa sonriente. Luego me cuenta que ha tenido que talar muchos árboles porque están malos y teme que se contagien los otros. Me dice que conoce a Pablo desde hace mucho y que siempre le ha parecido un buen hombre y dirigiéndose a él le habla de las dificultades del campo

– ¿Verdad Pablo? Si no es la mosca, es la goma y si no el piojo y si no los intermediarios…Pero siempre se quedan otros con la ganancia y nosotros con el afán

Pablo mira abstraído hacia la carga y no parece estar allí. Me despido del leñador y seguimos andando de regreso, muy despacio. Después de un rato se para a descansar en un poyete del camino y

– Esa leña que lleva enseguida arde…Es mejor la de encina y olivo que se da por mi terreno… pero aquello ya pasó…hace mucho que no voy por allí… se me van las cosas de la cabeza…¡Cuidao las cargas de leña que habré llevao yo!

¡Ay, quin home!

IMG_20171017_201103.jpg-Pablo, que no nos suben la paga…

-Es que cada día trabajamos menos

-Jajaja, ay quin home aquest, siempre té resposta per a tot, jajaja, claro que trabajamos poco ahora, pero ya hemos trabajado antes ¿No Pablo? ¿Te acuerdas de la temporada de la naranja? Allí en el almacén embolicant i preparant les comandes…

-En mi tierra era la aceituna y la siega

-Y ¿en tu tierra hubo guerra?¿Hacían trincheras? Aquí era Negrín, dicen que era médico, el que estaba, ¿en tu pueblo quién mandaba, Franco?

-En mi pueblo era zona roja

– Aquí oíamos cómo bombardeaban Denia, ¡todavía lo oigo!…- se quedan en silencio los dos- …¡Ay, cómo me duelen las rodillas! Le digo a mi hijo que me pesan las piernas y me dice, no son las piernas son los años…¡los años! Son noventa años, !Moltes hores!…¿Qué día es hoy?…¡Ay!…Cuando trabajábamos nos acordábamos bien del día que era, esperando que llegara el domingo…Pero si había comandes, se trabajaba día y noche, sin descanso…Y ahora todos los almacenes cerrados y los jóvenes sin trabajo…

-Entonces, Rajoy ¿No nos sube?

-Jajaja, él sí que subirá, pero nosotros no…Siempre es lo mismo para los pobres…¡Pero cuéntame cosas bonitas de cuando ibas al baile…anem!

-…Cuando iba al baile bailaba…

-Jajajaja, cuando iba al baile bailaba…¡Ay quin home!

 

Pa San Antón, pon gallinita pon

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Viene Pepita a traernos un panecillo bendecido, para Pablo.

– Era Pepita, que venía de la misa por San Antonio y te ha traído este bollito, que dice que lo llaman el pan de los pobres y se lo han dado en la Iglesia

– Pa San Antón, pon gallinita pon… Eso se decía, porque era el tiempo de que empezaran a poner…¡Qué cosas! – Lo tienta – Pues está blando…No es como los bollos de maíz que daban en el racionamiento…Alguna vez decía mi madre, vete y dáselo a los vecinos pa «el guagua» – Se ríe- Así es como llamaban al más chico de los hermanos, que eran una purrela de hijos..Y lo pasaban peor que nosotros…¡ Uy! Llegabas con ese pan y decías que era pa el guagua y decían los otros más grandes: «Qué va a ser sólo pa el guagua, aquí compartimos todos» Y se lo comían a pellizcos en menos que canta un gallo – Tienta otra vez el bollito- Así que es el pan de los pobres…entonces, Pepita me considera un pobre…Pues guárdamelo pa luego, con un cacho queso y membrillo…que no hay que despreciar nada…y menos comida…de San Antón pon gallinita pon…

Cañaheja y tiempos de astucias para esconder el alimento

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-Mira, esto es una «cañaleja». De estas había muchas por la viña, luego el tronco al crecer, hace una madera muy dura y con ellas se preparaban muchas cosas…hasta de pequeños nos hicimos un carro para jugar… También se usaba para techar la pocilga de los cerdos y así encima se preparaba el gallinero…

-¿Tan arriba subían las gallinas?

-No era tan arriba, eso era muy bajito, tenías que entrar agachaaao…¡Ah! Así escondimos un costal de harina; preparamos una especie de ganchos con deshechos de herramientas a un lao y a otro de la puerta y luego estas cañas soportando el costal y cuando metieron la cabeza los del registro, lo tuvieron encima del pescuezo pero se fueron con las manos vacías…-Se ríe-

-Pero, ¿os quitaban el trigo y os dejaban los cerdos y las gallinas?

-Nooo, en ese tiempo estaba la pocilga pero sin cerdos ni  ná…Ese fue un rancho muy malo que pasamos…luego ya perdieron la guerra los alemanes y se suavizó la cosa, pero hubo unos años que hasta recoger la leña y hojarasca de tu misma tierra, tenías que hacerlo a escondite y con alguna astucia…

Cayetano se llamaba (parece que hoy no toca el final del cuento)

Era hermano de mi madre y muy revolucionario…Se alistó enseguida en la Internacional (la FAI) pero duró poco, yo no sé en qué batalla sería que…¡y que iban a pecho descubierto! le partieron en dos de un cañonazo. Es que los nacionales tenían armas de todas clases, no ves que tenían la ayuda de Italia y Alemania…La zona roja en cambio estaba muy mal provista y la mayoría eran voluntarios, que no eran ni militares ni ná…Si no hubiera sío por las ayudas que tuvieron, puede que no hubieran ganao…Pero es que siempre…¡si no sirve!…¡que están muy unidos los de derechas!  Nacen bien aprendidos…La parte roja en cambio…Es muy bonito defender la libertad, pero es que la libertad no es como el dinero que cada moneda se sabe claramente lo que vale y lo que te dan por ella, ¡porque lo pone! Pero los pobres…Unos quieren «no estar sujetos», como ese hermano de mi madre  que era anarquista y murió de un cañonazo, que dicen que ni lo sintió…Otros, como mi padre que era socialista, querían la libertad de tener tierra y trabajo para todos…En fin, que no todos lo ven de la misma manera…