Archivo por meses: enero 2018

Padrenuestro de los moros

Han estado con nosotros amigos (Geluka y Gaspar) con los que Pablo se ha sentido a sus anchas y aunque les ha encontrado un poco «achaquientos» y desmejorados y sin ningún reparo se lo ha dicho a la cara, no ha perdido ocasión de hablar con ellos y compartir su nostalgia de juventud y república

-Pues en mi pueblo, ni se mató antes, ni se mató después…Venían algunos que se decían milicianos, al empezar la guerra a armar bronca y meter cizaña, pero salió el hormiga…que era uno que había estao en la legión y los echó del pueblo…

-Sí – dice Gaspar-  mi tía nos contaba que estando ella en el tren, sentadita, pasaron revisando y de que vieron que llevaba un rosario en las manos, porque era muy religiosa y gustaba mucho de rezos y plegarias, se la querían llevar para matarla por facha y ella les dijo, que no, que yo soy roja, si  yo sólo me sé el padrenuestro de los moros …Y ¿cuál es ese? preguntaron los milicianos. Pues mira :

«padrenuestro de los moros,

que te dije que te qué,

quedebuá quedebué,

que la vida perderé,

paparrús mamarrús,

padrenuestro aménjesús»y les debió caer en gracia porque la dejaron ir. Yo la conocí ya de mayor y lo primero que hacía antes de nada, era rezar para agradecer el nuevo día y pedir que nos fuera bien a los sobrinos. Luego ya se hacía el moño.

 

Pablo ha cumplido noventa

Y le han ido llamado todos los de la familia para felicitarle y a todos les ha dicho, uno por uno, que eran los únicos que se habían acordado del día de su santo y cuando le preguntaban que cuántos hacía, él se quedaba pensando y calculaba ochenta y tantos porque

– ¿Noventaaa? Eso son muchos…¡Casi cien!

También estaban unos amigos con nosotros y hemos comido arroz a banda y trucha y una tarta de peras en el huerto. Pablo ha soplado la vela

– Fíjate, si todavía soplo…

Lo que el viento se llevó

Terminamos de plantar las patatas y nos sentamos al sol.

-Mira, parece que se levanta un poco de viento…-cabecea y se ríe- Eso era una película que fue muy soná, «lo que el viento se llevó», tú no la habrás oído…

-¿De qué era?

-Pues era de una parejaaa…que ya a lo último se casan y tienen una niña y el hombre ¡Uuuuuh! lo que quería a esa niña, la regala un caballo y se fue a saltar una valla muy alta y el animal, tuvo miedo y frenó y la niña salió dispará para’lante y se mató y el hombre, ¡qué disgusto!, tó se le volvía querer otro hijo, pero ella que no… y, se conoce que a la fuerza, la dejó embarazá, ¡a ver!, porque ella agarró y se tiró por la escalera y se mató lo que llevaba dentro…Luego también se la ve a ella arrancando algo del campo y jurando así pa’rriba que nunca más iba a pasar hambre…IMG_20180120_201215.jpg

…y los ricos del pueblo que habían alquilao un coche pa ir a Madrid al estreno… luego cuando al poco la pusieron en el pueblo, yo creo que por rabia, dijeron que era mala de ver, porque tenía cuatro rombos(*), ¡ná menos! Pero hasta el cura se presentó en el cine y entró con el paraguas abierto y se puso bien alante, pa que le vieran bien

(*)En España se pudo ver está película once años después de su estreno con la calificación eclesiástica de «4: altamente peligrosa» lo que sumió a los cinéfilos beatos en un grave dilema, ya que la visión de la obra maestra podía entrañar riesgo de excomunión. (fuente: la vanguardia- hemeroteca)

De nieve, flanes y dientes postizos

Mira el puré, dice que le molesta la dentadura, y se sienta de mala gana. Para distraerle, le preguntamos si ha visto por la tele lo que está nevando en el norte y que sí en su pueblo solía nevar

– Pues no es de muy nevar por esa parte, es más de helada negra, pero una vez hubo un temporal… ¡Uuuuuh!, hasta el cura, que acababa de llegar al pueblo y era vasco… se puso a jugar con los muchachos a tirar bolas en la plaza -se ríe- Y eso fue cosa que no gustó ná a las beatas que «estaríen» mirando por los visillos y fue muy criticao…IMG_20180117_191617_processed.jpg

Y ya no para de contar  animadamente, mientras se va comiendo a cucharadas el puré y mira goloso hacia el postre

-Venga Pablo, termina y prepárate, que tenemos hora con la dentista

¡Otra vez!…¿Pero cuando va acabar de dejarme arreglao?IMG_20180117_192148.jpg

-Pablo, tú me tienes que indicar dónde te molesta para ir limando y ajustando la prótesis, que lo que queremos es que puedas comer jamón y todo lo que te pongan, ¿Vale? ¡No vas a estar toda la vida a base de flanes!

-Si eso a mí no me importa…si los flanes tienen mucho alimento…Si esto es que se han empeñao, ¡miá tú, pa hacer bonito ná más!

Como sabe a masa qué bien traspasa

Una de cada color…primero esta colorá…

…esta tan grande se me atraganta

Tengo que colocármela en el «gazñate» pa que traspase…Eso era uno que comía mucho y se ajustó a trabajar en una labranza y como antes los tenían que dar de comeeer…porque te daban de comer a diario y luego al acabar el trabajo pa’l que estabas ajustao, te daban ya de paga lo que fuera…el caso es que al ama le parecía que ese hombre comía demasiao y pa ver si así comía menos, al día siguiente dejó que se abrasara la hogaza pan y así se la dio, quemá…Pero, ¡oye!, no vio que al hombre le importara, porque se la zampó sin dejar mendrugo, «¡como sabe a tizones que bien traspone!», decía. Y el ama en viéndole pensó, «pues si te gusta lo quemao,  mañana te vas a joder que te lo dejo crudo – Y eso hizo, al otro día dejó la hogaza a medio cocer …pero el hombre ese,  parece que tenía buen gazñate porque, le costara más o le costara menos, se la metió entera diciendo: – ¡Como sabe a masa qué bien traspasa!

Buenos días, si la sartén chirría

Buenos días, Pablo

¡Buenos días si la sartén chirría! – se sienta con parsimonia y observa desde la silla la preparación del desayuno- ¿No lo habías oído eso? Pues que siempre tiés que tener algo pa echar a la lumbre y si noooo, ¡malo!..- se calla y concentra toda su atención en la mesa para decidir el orden en que se llevará las cosas a la boca, las pastillas, los bizcochos, a los que primero quita el molde de papel y lo coloca aparte cuidadosamente doblado 

¿En qué piensas? Cuéntame algo – le digo –

…  En que ¿cómo vamos a podar la parra alta? Porque si ya no me puedo subir a la escalera…

Pues se sube Javi y tú le vas señalando por dónde cortar. Ahora cuando termines el desayuno, vamos 

Y habrá que llevar un bocadillo

Algo llevaremos

Algo dulce y que no haya que masticar – se sonríe – 

Corta esa, pero deja tres brotes y a esa larga de ahí despúntala, así, y ahí tienes que echar esa por’cima del alambre, así dirigiéndola a donde la quieres llevar

-Luego se sienta y va cortando los sarmientos en trocitos regulares y llenando un capazo con ellos – Esta leña hace muy buena lumbre y da muy buen gusto a lo que vayas a asar…si es que tienes algo pa echarle

Algo habrá…

¡Eso digo yo!

Pa los reyes lo conocen los bueyes

Llevaba Pablo unos días «con poca gana» y la doctora dijo que durante este tiempo de menos horas de luz se hacen los días muy largos y es normal cierta melancolía. Le recetó unas pastillitas que tiene que tomar hasta finales de enero, en que hemos de volver a dar  reporte. Por mi parte le animo a salir de casa y a emprender tareas que siempre le han resultado estimulantes

-Tienes que podar ya las parras, Pablo

-Bueno, si tú lo dices, pero no hace tiempo…

Llega Michelle y le pregunta qué tal está y, sin desviar la mirada dice

– ¡Aquí, trabajando, me tienen!

Luego lo deja y se sienta con nosotros y mira a los perros y sonríe

También viene Álvaro

y María José, que son amigos nuevos

y

proponen hacer un cine de verano en el huerto y proyectar películas sobre la pared blanca de la caseta y le dan vueltas al sistema eléctrico necesario y hablan de Rohmer y «Le Rayon Vert» y de que, según Julio Verne  «cuando uno ve un raro destello  al atardecer, nuestros propios pensamientos y los de los otros se revelan como por arte de magia»…

Se van todos cuando el sol empieza a esconderse y un perro se escapa pero vuelve y Pablo dice

– Pa los Reyes, lo conocen los bueyes y pa San Sebastián el gañán, ¿a qué no lo sabes? – se me queda mirando –  Eso quiere decir que los días ya vienen de crecida y que los animales, que son más listos,  se echan a deber antes que nosotros