– A ver si me la vas a clavar, Concha…como se la clavaron a Regino el Torpe
– A ese no le conozco yo, Pablo
– Era uno de mi pueblo, que estando bailando con su novia de formalidá, va y le llega un telegrama que le dice: «Preséntese en la estación de Erustes a recoger a su mujer y a su hija que llegarán a tal hora» Y es que había estao de asistente con un sargento y le llevaba la ropa a lavar y a los arreglos…a la casa donde vivía esa chica…y la clavaría, ¡Claro! Porque llamó a un taxi que había y allá que se fue a recoger a la mujer y a la niña, dejando a su novia, que se llamaba Gonzala…pues así…pero luego encontró a otro, a uno que era muy bruto pero buena persona… Y a Regino, empezaron a llamarle el Torpe, porque corría la voz por el pueblo, de que esa niña era del sargento y que se la habían clavao a él
-¡Caramba, Pablo, qué cosas me cuentas!
– Pues dio la casualidad de que estuve trabajando luego con este Regino en un finca de labor y ¡Oye! Me dijo que era muy feliz con esa mujer, que se llevaban divinamente, ¡A lo mejor se hubiera llevao peor con la otra!, nunca se sabe…Como tú, que me pinchas, pero ni gota me duele…