-Y esto…¿Lo has comprao tú o te lo han dao en la Seguridad Social?
-Lo hemos comprado nosotros, Pablo
-Pero, los frenos ¿dónde están?
-Se frena cuando te apoyas
Va cada vez más de prisa con el andador y le tengo que sujetar para que no se «lance»
– No vayas tan deprisa ¿No tienes miedo de caerte? Vamos a parar en ese banco. Y mira, también te puedes sentar aquí cuando te canses
-Ahora que dices de miedo, me he echao a acordar del tío Roque…que cuando había una nube, se subía en una silla y encima de una mesa, pa que no le alcanzaran los rayos
Y fíjate, era carpintero y hacía lo de montar las ruedas de los carros…Se pone en un torno redondo, osea el hierro, y hay que irle juntando las dos puntas…y unos chirríos y unos golpes con el martiiiillo…eso sí que era aguantar ruido. Pero en viniendo del cielo, ahí le tenías, encogío por los truenos…Hay mucha gente antigua que tenía miedo de las tormentas, pero un miedo hondo, de los que no se alcanzan a quitar…
– Y tú, ¿no tienes miedo de que el cielo se te caiga encima?
Me mira desconfiando de mi pregunta
-¡Será al reves!
-¿De caerte tú en el cielo?
– ¡A ver!