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El mar, ese río grande

Me sirvo otro café y miro el móvil mientras él desayuna. Le veo cómo mira de reojo al reloj mientras mete en la taza el bizcocho. Se le derrama un poco de leche sobre el mantel y se pone, nervioso, a recogerlo con la servilleta

-Es que como me tiembla tanto la mano, tengo que estar muy listo al hacer las cosas

-No te preocupes, eso nos pasa a todos…yo creo que hoy tienes prisa, que miras mucho la hora ¿Quieres salir de paseo?

-Pues sí, porque las piernas no se quieren estar quietas…- Mira los restos en la mesa-¿Dejas esto empantanao?

-Sí, venga, ya fregaremos luego…

-A lo primero de empezar a venir por aquí, nos llegábamos a ver el mar, na más soltar la maleta, aunque fuera de noche…Mi mujer, Pili, ¡Uy lo que la gustaba!…Tó se le hacía querer traer a su madre a que lo viera: «Tiene usté que venir que es cosa muy bonita…» «No será pa tanto – decía ella- será como un río grande» …y se murió sin verlo, le dió una cosa de esas que se sube toa la sangre a la cabeza de golpe y se quedó en el sitio… fregando estaba, ¡fíjate!

– Menos mal que hemos dejado nosotros todo empantanao…

– Y estamos aquí – suspira hondo – que es cosa muy bonita…

El cuello es el que le sujeta

Esta mañana 

he ido a su cuarto sobre las nueve, a proponerle desayunar en la cama, que ayer se quejaba de dolor de cuello

-Uuuuuy, ¿cómo madrugas tanto hoy?- me acerco, subo la persiana y…-!¡Uuuuuy, pero si yo creía que era noche cerrada! – le quito la gorra y le pregunto si se levanta a desayunar – Pero ¡qué capricho tiene de quitarme la gorra! Si ya me levanto y ¡una cosa hecha!…¿qué pastillas tocan ahora?-Con la bata y la gorra cuenta las pastillas mientras se sienta- …Una, dos   y tres… Treserantreslashijasdeelena…Y ningunaerabuena -le pregunto si le duele el cuello, no me oye, o no me entiende y le tengo que repetir la pregunta haciendo que me mire mientras hablo – ¡Si el cuello no me duele! ¡el cuello es el que me sujeta!

-¿Para que no se te escape la cabeza?

Desayuno real

-(…)Pues han dicho de él por la tele que hasta quería la corona antes de casarse…

– ¿Cómo le tienes tanta manía? ¿qué más te da a ti si tiene ambición o no? Ni que fuera un Lannister, el muchacho…

-¡Uy, que no! Porque no tengo yo poderes, que si noooo le echaba un mal de ojoooo… y no le iba a quedar más remedio que irse…-se ríe-Vamos a tener que cantarle el cantar que cantábamos antes (canta por lo bajini el «himno de Riego»)

-¿Ese cantar? Pero si ya tiene la corona porque es Rey.  Ahora somos Monarquía Parlamentaria. ¿entiendes eso?

– Claro que lo entiendo…si yo siempre he estado al tanto de la política…lo que no sé es qué pasa con el Rey de verdad yyy…¿qué hace ahora, el hombre?img_20161024_235114834

-Pues jubilado y sin preocupaciones: dar paseos, plantar guisantes, contarles a sus nietos las fábulas de Esopo…cómo tú.

-¿Eso? -Me mira…No sé fía… Parte con cuidado el pan frito y lo ensopa en el chocolate

-¡Claro!-le digo- Y le dejarán desayunar chocolate ¡todos los días!, que para eso es de la realeza…

-Es mejor sólo los sábados…¡En la variedad está el gusto!