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El cuello es el que le sujeta

Esta mañana 

he ido a su cuarto sobre las nueve, a proponerle desayunar en la cama, que ayer se quejaba de dolor de cuello

-Uuuuuy, ¿cómo madrugas tanto hoy?- me acerco, subo la persiana y…-!¡Uuuuuy, pero si yo creía que era noche cerrada! – le quito la gorra y le pregunto si se levanta a desayunar – Pero ¡qué capricho tiene de quitarme la gorra! Si ya me levanto y ¡una cosa hecha!…¿qué pastillas tocan ahora?-Con la bata y la gorra cuenta las pastillas mientras se sienta- …Una, dos   y tres… Treserantreslashijasdeelena…Y ningunaerabuena -le pregunto si le duele el cuello, no me oye, o no me entiende y le tengo que repetir la pregunta haciendo que me mire mientras hablo – ¡Si el cuello no me duele! ¡el cuello es el que me sujeta!

-¿Para que no se te escape la cabeza?

Tomárselo con calma

El sol es gratis, y algunas naranjas también… pero todo lo demás cuesta un esfuerzo: Tener un horizonte, cuidar y ser cuidado, sentir, recordar, volver, romper silencios, plantar cebollas, querer, escuchar a los pájaros y distinguir sus voces, leer y ser leído, ponerse límites, estar limitado, adaptarse a las limitaciones, respirar (a veces), dar y recibir, intentar cosas nuevas y alguna de las viejas que ya hemos intentado antes, tomárselo con calma y apoyarse en un bastón de caña pulida y el sol allí delante sin ninguna sombra (salvo las que llevamos dentro) como si fuéramos el final de un western en el que el pistolero se aleja, dejando todo en orden, en busca de nuevas aventuras.

Ponerse los calcetines

Cualquier cosa sencilla como vestirse y desvestirse, calzarse y descalzarse, le lleva mucho tiempo. Tiempo en el que no puede pensar en otra cosa pues le requiere un ejercicio de concentración intensa. Y si mientras se está poniendo los calcetines le das los buenos días y le preguntas qué tal ha dormido dice:

– Qué sé yo – para que le deje tranquilo. Y sólo cuando termina y llega hasta la cocina, tambaleante a veces por el pasillo, y se sienta ceremonioso delante del desayuno, dice:

-Hoy he dormido muy bien, sólo me he «dispertao» a orinar tres o cuatro veces…Ah! Y ya me acuerdo del nombre del pájaro caníbal, que anoche no me acordaba.- y empieza a relatarme de nuevo alguna historia por la que le pregunté ayer algún detalle…

Mejor cabeza

-¿Sabes que Paco, que tiene tu mismo tiempo, se ha comprado una tablet y navega por internet, que es como tener una ventana a todas las cosas del mundo?  Y ¡ está tan contento de haber descubierto este invento!

-Pero es que él tiene mejor cabeza que yo…Es un hombre de oficina y ha «estudiao»…yo sólo he «aprendío» a usar el hacha y el azadón…

-¡Tú eres un hombre de acción!

-Eso digo yo…

Pequeño homenaje a Paco Guijarro, con mucho cariño-

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