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Señales de otoño

En este lado del mundo, en otoño, los árboles se mantienen verdes

Y asoman flores exóticas entre los huecos de las tapias blancas

Las gente que por aquí viven, mantienen en otoño las sandalias

O si se ponen algo de abrigo

Siempre se descalzan en la playa

Me siento enfrente de Pablo y le cuento las cosas que he visto. Presiento por su mirada que ha empezado a interesarle lo que digo

-Pablo, aquí no se nota el otoño, todos los árboles siguen verdes, no se ven volar las hojas, ni hace frío

– ¡Qué sabrán las palmeras! – me dice

Para saber en el tiempo que estamos, hay que mirar las parras…si empiezan a arrugarse y aaa…marronar las hojas…- se para, busca las palabras, carraspea- es que vienen «Los Santos» que es el tiempo de sembrar…las habas y los guisantes yyyy… cosas de invierno…

Luego se calla, deja de mirarme y se vuelve a su mundo, a seguir gesticulando con las manos, haciendo nudos en la manta, tejiendo lo invisible

La Metamorfosis

-Pues mira, que mi habitación está así en hundío y hay un cachito escalón pa subir y se conoce que no eché bien la pierna pa’riba y allí que me quedé, sin poder levantarme, en el suelo como una cucaracha…

-¡Uyyy, mare meva com se’t ha quedat la careta!

-No vas a poder anar al ball, Pepa, amb aquests ulls morats…

-Si yo no soy de mucho baile, no ves que me quedé huérfana con 16 años…y entoces se llevaban unos lutos mu largos, cuatro años, ¡ná menos! Y a trabajar, de toas las cosas que había en el campo, pa sacar adelante a mis cuatro hermanos…Y cuando quise acordar ya tenía novio y me lo eché de los que no les gusta bailar…ni tiempo había…

-Pregunta-li a la Pepa com s’ha fet el mal … Té vergonya, té vergonya…

-Así que me fui arrastrando como pude, hasta que llegué a un mueble que tengo con cajones y así agarrándome a ello, poco a poco me fui enderezando…¡Con lo que yo era! ¿Verdá Pablo? Que atendía el bar y la cocina y subía cien veces la escalera, sin cansarme… Tú te tiés que acordar porque vivías enfrente y me veías…¿Qué, no me haces caso?

-Que sí, que te estoy escuchando…Que hemos trabajao como burros y que ahora nos caemos y no nos podemos enderezar… como cucarachas… y que no te gusta ir al baile

Vicenta y Pepa intercambian miradas y cabeceos aprobatorios

-Mírale y parecele ahí que no se entera de ná…¡mía como escucha!

– Ai quin home…

Durante la investigación para averiguar la procedencia de su mote, nos ponen al tanto de que China emerge como superpotencia y de otras tribulaciones

Pablo, cuando algo no sabe o no se acuerda, inventa una explicación para que no le pregunten más o para poner en orden sus ideas. No le gusta tener «lagunas» y aparenta que no las tiene. Le pregunto por el origen de su mote en el pueblo de Toledo donde nació y me dice

– Me llamaban Morero porque mi bisabuelo era de Mora de Toledo

Le digo que no, que los de Mora de Toledo se llaman «morachos», que lo he mirado

– Pues ¡¿qué sé yo?!

– Le voy a preguntar a tu hermana ¿Te parece?

– Bueno, si es tu gusto…pero aturde mucho la cabeza con tó lo que habla

Llamo:

– Hola Á….. ¿Qué tal?

– Pues estupendamente, yo siempre estoy bien y hago lo que quiero. Acabo de venir de un viaje a China

– ¡Hala! Y ¿cómo es China?¿Has visto muchas cosas interesantes?

– Pues que está llena de chinos ¡Jajajaja! Y son los que van a invadir el mundo, son los siguientes que se van a hacer con el cotarro, pero no son combativos, son muy pacíficos, que nos lo decían los guías, es que como el viaje era por la Comunidad de Madrid y éramos todos mayores, pues nos tenían con un buen apoyo técnico y nos iban explicando todo, que la muralla la hicieron para que no les invadieran los mongoles, que esos sí que eran guerreros, pero que los chinos son muy pacíficos, ¡ya te digo! y se pasan el día comiendo; a todas horas hay gente comiendo ¡Unas cooooosas! ¡Bichos fritos! Arraclanes y ciempiés y cosas así…Yo desde luego no probé nada de eso, yo lo que daban en los hoteles, que estaba todo concertado y era comida «normal». Mira te voy a enviar una foto por guasap para que me veas allí

…la de negro es mi amiga R…, que tiene una marchaaaaa…¡No para de viajar! El año que viene ya tengo reservado para ir con ella otra vez, pero nos quedamos en Europa, a Escocia…

– Pues yo te llamaba por lo del mote de Pablo, Morero…que ya sabes que estoy escribiendo las cosas que me cuenta de su vida

-Pues sí, me lo has dicho, pero yo no lo miro…a mí las cosas tristes no me van…y por eso no le llamo tampoco, porque me da angustia que esté así…No sé que pensaras tú…no quiero que pienses: «¡Cuidao su hermana, que ni le llama!» Pero es que yo no puedo con la enfermedad y ese trastorno de cabeza que tiene…Es superior a mis fuerzas, prefiero recordarle como era antes…No sé que pensarás tú

– Pues nada, que por qué le llamaban Morero y a los demás de la familia no. Que él dice que es porque su bisabuelo era de Mora de Toledo

– ¡Qué va a ser de alliiiii! Noooo, todo lo más, la familia de la abuela Faustina que dicen que venía de Galicia y por eso ella tenía esas cosas y estaba siempre gastando bromas a todo el mundo. Lo que fue, es que la familia hasta el abuelo Petronilo se apellidaba «García-Molero», así de rimbombante y compuesto, pero a partir de mi padre, yo no sé por qué sería, porque no tendría ganas de escribir el secretario, o lo que fuera, ya le apuntaron sólo con el «García» ¿Qué pasó después? Pues que cuando nació Pablo, que era hijo del pecado, como se decía antes, ¿A que eso no te lo ha contao? ¡Que cuando le tuvieron a él no se habían casao!…Total, que le apuntaron en el registro con «García-Molero» como su abuelo…Y cuando se enteró mi padre, como era un bruto, pues allí que fue con una vara, amenazando para que le dejaran el mismo apellido que a él, que para eso era su padre y que si a ver si se iba a creer la gente que no le quería reconocer. Eso lo contaba luego muchas veces (*pone voz de hombre enfadado) «Tuve que ir con la vara pa que me hicieran caso…», decía. Así que consiguió que le dejaran con el «García» a secas…¡En los papeles!, porque en boca de la genteeee, aquello fue tan sonao que se quedó con Molero…y como ya sabes que las palabras se van deformando, de Molero pasaría a Morero porque con «Morero» se quedó, pero los demas hermanos que fuimos naciendo después…pues no nos dieron ese título, jajajaja ¿A que no sabes que M…. ha tenido un bebé? Bueno, él no, la rusa con la que vive, pero por inseminación artificial, porque él con el estrés que tieneeee…

-Bueno Á….., eso cuéntaselo a Pablo que está aquí a mi lado

Le pongo el teléfono a Pablo y se hace como el que no entiende, ni oye…Se despide y me lo da…Ya no hay nadie al otro lado de la línea

– Se ha cortado ¿Vuelvo a llamar para que te cuente?

– Que ya te he dicho que me pone la cabeza loca…Cuéntame tú si quieres lo que te ha dicho o déjame en paz

Le cuento lo de su padre con la vara en el Registro

– Ahora que lo dices, eso también se lo he oído yo de decir…Pues algo así sería entonces

Guardarse del hambre

Hemos ido a la enfermera para las curas de la herida

Se queda muy quieto y estirado permitiendo la manipulación con instrumentos cortantes, tan cerca de su ojo

Yo, mientras miro, no puedo dejar de pensar en esto:

Pero Pablo no se queja.

La enfermera le pregunta cómo está pero él no contesta. Contesto yo por él, que ha perdido mucho el apetito y que dormita por el día pero que no duerme por la noche. Nos da cita para el médico. Al salir le pregunto si quiere andar un poco.

-Bueno, si tantas ganas tienes, te acompaño a un paseo

Camina muy despacio y me deja sujetarle del brazo. A mitad de camino se sienta en el tronco de un árbol viejo

y se pasa el pañuelo por la frente

-Esto está más duro que un risco

-Pero tú has dormido a veces encima de un risco, ¿no?

-Claro que sí, había uno muy grande en la viña y nos subíamos a él para vigilar y nos quedábamos dormíos allí mismo

-Y ¿qué vigilábais?

-Pues una vez a uno, que habíamos visto sus huellas y no podían ser de otro que de él porque gastaba unas albarcas grandísimas y allí nos quedábamos o yo o mi hermano Antonio, que no tendría más de nueve años…y fue él el que le pilló y le echó el alto: ¡Eh! ¿A dónde vas por aquí que no hay camino? Y ya no volvió

-Y ¿cómo se asustó tanto de un niño?

-Del niño no, de que le denunciaran…porque en ese tiempo, por robar unas uvas, te metía mano la guardia civil, ¡pero bien! Y ese era el miedo

-Y ¿le denunciásteis?

-¡Quiá! Eso no se hace, denunciar a uno por guardarse del hambre …No le vas a dejar que te quite lo tuyo y de tus hijos, pero denunciaaaar…- se levanta despacio- ¡Alevamos! que ya he descansao bastante…Y ¿qué te ha dicho la enfermera?

Análisis de sangre y lo que le pasó a uno de su pueblo

– Buenos días Pablo, siéntate ahí bien tranquilo, que yo soy Rogelio y no te voy a hacer daño.

– ¡Rogeliooo! Así se llamaba uno de mi pueblo ¿Quieres saber lo que le pasó?

-¡Claro! Estoy impaciente, cuenta, cuenta

-Pues que en lugar de sacar sangre, se la sacaron a él…Te la voy a contar en verso, como lo contaba mi abuelo Petronilo: «Les voy a contar señores lo que al «Picho» le pasó, se fue a Madrid a hacer fortuna cosa que nunca encontró, le cazó una perdigona, más grande que perdigón, le hizo vender las ovejas y el dinero se guardó

Le untó el culo con un ajo y se lo quitó d’enmedio. Pidió perdón a sus padres, cuando no tuvo remedio, con más orejas que un lobo Rogelio volvió pa’l pueblo»

– ¡Caramba, qué memoria!

– ¡Uy no! ¡Se me olvidan muchas cooosas!

un tonto de los piropos

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(…)cuando empecé a venir por aquí me encontré que ya vivía uno de mi pueblo ¡ná menos! Era un mostrenco de esos…de los que se dan importancia…después de la mili, echaron una instancia él y otro para guardiacivil…y tó se le hacía decirle al otro que no le iban a coger por ser hijo de rojo, porque el padre había muerto luchando en el bando republicano – se ríe – y el que no pasó la prueba fue él, menos mal, porque uno así pensando maldades… con esa gorra y armaoooo…¡uy!

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…¡menos mal!

…en ese tiempo había muchas ratas ¡porque no quedó ni un gato! – se ríe –

ná, que iba con el cuento a los fachas de si este ha escondío harina o el otro ha cogío leña …con el engreimiento de ganar trato de favor…¡un rata!IMG_20180308_121613.jpg

y ¿sabes por qué no pasó la prueba? pues porque encima era un tonto de esos de los piropos, que se creen que hacen gracia a las mujeresIMG_20180308_121534.jpg

y estando en la mili le habían abierto expediente – me mira fijamente – pues porque no se le ocurrió otra cosa que  a una que era sobrina de un alto mandooo… yo no sé lo que la diría… el caso es que ella denunció; si hubiera sío alguna otra pobre, se había tenío que callar…así era entonces…pero la cosa es que él ya no pudo entrar a trabajar en ná del Estao… y se fue del pueblo

…mira tú por dónde me lo tuve que encontrar en éste…

pero nooo, tampoco había hecho buenas migas…he oído que a su entierro no acudió casi nadie…

El mar, ese río grande

Me sirvo otro café y miro el móvil mientras él desayuna. Le veo cómo mira de reojo al reloj mientras mete en la taza el bizcocho. Se le derrama un poco de leche sobre el mantel y se pone, nervioso, a recogerlo con la servilleta

-Es que como me tiembla tanto la mano, tengo que estar muy listo al hacer las cosas

-No te preocupes, eso nos pasa a todos…yo creo que hoy tienes prisa, que miras mucho la hora ¿Quieres salir de paseo?

-Pues sí, porque las piernas no se quieren estar quietas…- Mira los restos en la mesa-¿Dejas esto empantanao?

-Sí, venga, ya fregaremos luego…

-A lo primero de empezar a venir por aquí, nos llegábamos a ver el mar, na más soltar la maleta, aunque fuera de noche…Mi mujer, Pili, ¡Uy lo que la gustaba!…Tó se le hacía querer traer a su madre a que lo viera: «Tiene usté que venir que es cosa muy bonita…» «No será pa tanto – decía ella- será como un río grande» …y se murió sin verlo, le dió una cosa de esas que se sube toa la sangre a la cabeza de golpe y se quedó en el sitio… fregando estaba, ¡fíjate!

– Menos mal que hemos dejado nosotros todo empantanao…

– Y estamos aquí – suspira hondo – que es cosa muy bonita…

Fiarse del hambre

Dice que le pesan las piernas y que no se fía de ellas. Camina concentrado en no inclinarse demasiado. Le agarro del brazo para servirle de apoyo e inmediatamente, dobla el suyo contra su cintura para sujetarme él a mí. Mantengo la posición del brazo pero suelto los dedos. Me dejo llevar

– Hay que acompasar bien el paso, como en la mili -se ríe – ¿Sabes que yo estuve en Barcelona haciendo el servicio militar?…Sí, hombre, sí. Estábamos en Villaverde haciendo  la instrucción y me enteré que  había un destacamento pa Barcelona y yo fui el  único que me ofrecí  voluntario… y los otros: «Pero ¡tú estás loco! ¡con lo cerca que estamos aquí del pueblo!»… Pues a mí me fue muy bien y hasta estuve a punto  de quedarme allí a vivir, porque me ofrecieron trabajo y tó, uno que su padre tenía ganadería…¡Ay!, pero en aquel tiempo tiraba mucho el pueblo y que los padres no te daban la independencia así como así…y otra cosa eraaaa, la novia de formalidá que tenía… Luego me enteré que a ella le hubiera gustao irse del pueblo, conmigo, pero como en aquel entonces esas cosas era un enigma decirlas…¡Qué sé yo lo que hubiera sío! …Anda, vamos a sentarnos un rato ahí…

-Yo creo que ya va siendo hora de ir a comer ¿Qué hora es?

– Si te advierto que de los relojes tampoco te puedes fiar mucho

– Entonces, ¿De qué nos fiamos?

– Del hambre

Química traidora

Ayer ya casi anochecido tuvo uno de esos despertares con alucinación vívida y tan convencido estaba,  que salió de casa persiguiendo la quimera de solucionar el terrible drama que en su imaginación vivía. Salió en bata, en zapatillas, sin garrote…La gorra sí, la gorra la llevaba cuando me lo encontré, ambos sin aliento, yo de perseguirle a él y él, según sus palabras, por el terrible sufrimiento que estaba pasando. Al llegar a casa, después de aceptar mis explicaciones y su extravío

-Sí ya sé que es un disparate -dice apretándose la frente con las manos- pero es que ¡lo veo tan claramente!…Pero en este instante me doy cuenta de que no me rige bien la cabeza…

Esta mañana le observo arreglar su cuarto, centrado en cada movimiento para dejar bien doblada la manta, acercando las esquinas como ajustando piezas de un mundo que se dispersa pero que aún es posible ensamblar.

Se me olvidaba

-(…)¡Ah! Se me olvidaba…Al acabar la guerra mandaron unos frailes a adoctrinar por los pueblos…Pero yo no acudía a los cánticos esos que llamaban a misa…Hasta que un día, me pilló por banda un falangista, de los que hacían patrullas, con su camisa azul… y me dio el alto, «¿A dónde crees que vas?» Y yo le digo, pues a trabajar, y me dice «¡Lo primero  a confesar los pecados!»img_20170213_191401235.jpg

…Y yo le digo, perooo…¿cómo voy a entrar ahí con el azadón y la manta? «Déjalo ahí en el escalón, ¡A ver si te crees que te van a robar eso!»-suspira-  Hice lo que me mandó, ¡Claro! ¡Cualquiera! Y dentro estaban todos de rodillas delante de los frailes… pero me tocó uno, que no sería muy malo, porque me preguntó si me pegaba con mis hermanos y que si alborotaba en la plaza y yo le dije que no,  y va y me dice con sorna «¡A ver si vas a ser un santo!» Nooo, le digo, lo que pasa es que mis hermanos son muy chicos y yo que soy un mozo de doce años ya, tengo que trabajar y no me queda tiempo de discutir con nadie y en la entrada están los aperos que no me han dejao pasar, si quiere usté ir a verlos…Y le debí caer en gracia, porque me mandó pal campo y que rezara por el camino. ¡Miá tú!