-(…)Pues han dicho de él por la tele que hasta quería la corona antes de casarse…
– ¿Cómo le tienes tanta manía? ¿qué más te da a ti si tiene ambición o no? Ni que fuera un Lannister, el muchacho…
-¡Uy, que no! Porque no tengo yo poderes, que si noooo le echaba un mal de ojoooo… y no le iba a quedar más remedio que irse…-se ríe-Vamos a tener que cantarle el cantar que cantábamos antes (canta por lo bajini el «himno de Riego»)
-¿Ese cantar? Pero si ya tiene la corona porque es Rey. Ahora somos Monarquía Parlamentaria. ¿entiendes eso?
– Claro que lo entiendo…si yo siempre he estado al tanto de la política…lo que no sé es qué pasa con el Rey de verdad yyy…¿qué hace ahora, el hombre?
-Pues jubilado y sin preocupaciones: dar paseos, plantar guisantes, contarles a sus nietos las fábulas de Esopo…cómo tú.
-¿Eso? -Me mira…No sé fía… Parte con cuidado el pan frito y lo ensopa en el chocolate
-¡Claro!-le digo- Y le dejarán desayunar chocolate ¡todos los días!, que para eso es de la realeza…
-Es mejor sólo los sábados…¡En la variedad está el gusto!