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de vasallos y hombres

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-Tendría yo unos catorce o quince años y mi hermano A…… siete. Nos ajustamos mi padre y yo pa la siega de las tierras de uno que llamaban el Chato…  ¡Tenía una fama de pegar palos!… Yo no sé ya por cuanto dinero…seríe poco, pero en el trato entraba un pan de harina trigo al día, y eso andaba muy escaso. Conqueeee, viene mi hermano un día, que era él el encargao de ir a buscar el pan tó los días, y se presenta con un pan de harina cebá…más negrooooIMG_20171201_130531.jpg

y mi padre le mandó a devolverlo y decir que ese no era el pan del trato… El caso es que no pasó mucho tiempo y ya le vimos llegar, al Chato, a buen paso y a voces, con la vara prepará y diciendo que si sus hijos comían de ese pan también y no protestaban…Y claro que no protestarían, porque también ellos le tenían miedo. Así que yo agarré el clavo donde atábamos al borricoIMG_20171201_130639.jpg

Y él al verme, se paró y dijo, «los hijos no tienen porqué meterse en los negocios de los padres» y le digo, si yo no me quiero meter, es sólo advertirle que si toca usté a mi padre, yo iré a la cárcel pero usté se queda en el cuadrado(*)…IMG_20171201_130559_HDR.jpgMenuda cara puso mi padre, de miedo, pero la cosa es que ya se avino a razones y dijo que no nos preocupáramos que iba a dejar dicho en la panadería que nos dieran diariamente el pan del trato y que luego ya lo pagaría él al final de la temporada – se me queda mirando fijamente- Es que hay gentuza que se vale del miedo que dan, pero si no lo dan, se achantan…y una cosa es trabajar, que hay que hacerlo bien siempre, y otra dejar que te avasallen

(*)cementerio

Pa San Antón, pon gallinita pon

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Viene Pepita a traernos un panecillo bendecido, para Pablo.

– Era Pepita, que venía de la misa por San Antonio y te ha traído este bollito, que dice que lo llaman el pan de los pobres y se lo han dado en la Iglesia

– Pa San Antón, pon gallinita pon… Eso se decía, porque era el tiempo de que empezaran a poner…¡Qué cosas! – Lo tienta – Pues está blando…No es como los bollos de maíz que daban en el racionamiento…Alguna vez decía mi madre, vete y dáselo a los vecinos pa «el guagua» – Se ríe- Así es como llamaban al más chico de los hermanos, que eran una purrela de hijos..Y lo pasaban peor que nosotros…¡ Uy! Llegabas con ese pan y decías que era pa el guagua y decían los otros más grandes: «Qué va a ser sólo pa el guagua, aquí compartimos todos» Y se lo comían a pellizcos en menos que canta un gallo – Tienta otra vez el bollito- Así que es el pan de los pobres…entonces, Pepita me considera un pobre…Pues guárdamelo pa luego, con un cacho queso y membrillo…que no hay que despreciar nada…y menos comida…de San Antón pon gallinita pon…

El pan que hacía su madre a fuego lento

-¡Mi madre sí que hacía un buen pan! Amasaba harina con agua y yo creo que echaba un poco de masa que dejaba siempre de sobra de otro día…lo dejaba luego reposar tapao con una lona y en el rescoldo de la lumbre, preparaba una sartén vieja,  echaba allí la masa y cubría todo con una tapa primero y por encima y alrededor de la sartén arrimaba las ascuas y se iba cociendo poco a poco, porque si se hace a fuego fuerte echa corteza enseguida y se arrebata sin hacerse lo de dentro…-Se ríe regocijándose de algo- Eso le pasó a mi tía, que puso a cocer el pan metiéndolo más hacia la llama y ¡uy! ¡Qué bien huele, qué bien huele y qué pronto! Y cuando lo destapa, con esa corteza tan tostaditaaaaa, ¡casi quemá! Venga decir, «¡he hecho un pan como unas hostias!, ¡me ha salío el pan como unas hostias!» Pero ¡jodo! Cuando lo abren para comer, lo de dentro estaba masa…sin hacer, ¡claro! ¡Es que las cosas llevan su tiempo! …¡A mi madre sí que le salía buena hogaza! ¡Parece que lo estoy oliendo!IMG_20170506_200008977.jpg

Mi navajita bien corta

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-¡Mi navajita bien corta!…Eso eran dos gallegos que habían traído una piara de cerdos y les darían… Ná, cuatro perras por el porte. El caso es que uno de ellos se compró un pan y el otro, se encaprichó de una navaja y se gastaría en ella to el beneficio. Y ya cuando pararon en el camino, el uno se puso a comer el pan, a pellizcos, y el otro sacó su navaja y abriéndola decía «¡mi navajita bien corta!» y el otro le contestó «pues si quieres pan lo compras» – Se queda pensando mientras mastica lo que ha cortado con su navaja – Ahora ya no hay gallegos; les debe ir bien en su tierra…Antes se les veía mucho, iban de pueblo en pueblo con un carrito que llevaba una rueda grande como la de un carro, pero sólo una y unas patas donde lo apoyaban y afilaban cuchillos, navajas, lo que hubiera pa sacar filo…Iban tocando un silbato, así haciendo un sonido largo y la gente salía al escucharlo… También iban otros con una sartén al hombro y haciendo «tintintiquitín»con un hierro en el rabo de la sartén…Y esos soldaban y arreglaban cacharros, porque antes lo que se rompía se apañaba.