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El gallo Kiriko en la boda

-Pues cuando llegó a la casa de su primo, que era grandísima y con muchas habitaciones para estar, le pasó que le mandaron al granero a esperar, ¿ a esperar a qué? Preguntó el gallo, pero nadie le hizo caso. Así que sacó al arriero que se las compuso para llenar el carro y dejar el granero limpio de trigo y paja…Cuando vieron lo que había pasado, le metieron en el gallinero, ¡No se está mal aquí!, dijo el gallo y se puso a presumir con las pulardas y las perdices que esperaban muy elegantes para la comida. En esto que salió la zorra y también se juntó a la fiesta y se formó tanta algarabía que llegaron los criados, agarraron al gallo Kiriko y le metieron en el horno que estaba bien calentito… Pero el gallo sacó al río,  que salió como un torrente, llevándose por delante todo lo que encontró a su paso, cubertería de plata y manteles de Holanda, a invitados todos y a sus caballos, al cura, al primo y a la novia…Todo eso arrastró el río y contento de tener tanto que contar, se fue llegando  hasta su cauce…img_20170324_124305220.jpg

-Y ¿el gallo qué hizo?

-¡No quedó «arrecostao» a volver a otra boda!

Cayetano se llamaba (parece que hoy no toca el final del cuento)

Era hermano de mi madre y muy revolucionario…Se alistó enseguida en la Internacional (la FAI) pero duró poco, yo no sé en qué batalla sería que…¡y que iban a pecho descubierto! le partieron en dos de un cañonazo. Es que los nacionales tenían armas de todas clases, no ves que tenían la ayuda de Italia y Alemania…La zona roja en cambio estaba muy mal provista y la mayoría eran voluntarios, que no eran ni militares ni ná…Si no hubiera sío por las ayudas que tuvieron, puede que no hubieran ganao…Pero es que siempre…¡si no sirve!…¡que están muy unidos los de derechas!  Nacen bien aprendidos…La parte roja en cambio…Es muy bonito defender la libertad, pero es que la libertad no es como el dinero que cada moneda se sabe claramente lo que vale y lo que te dan por ella, ¡porque lo pone! Pero los pobres…Unos quieren «no estar sujetos», como ese hermano de mi madre  que era anarquista y murió de un cañonazo, que dicen que ni lo sintió…Otros, como mi padre que era socialista, querían la libertad de tener tierra y trabajo para todos…En fin, que no todos lo ven de la misma manera…

Los santos inocentes

-Pablo, no te pongas la gorra que hoy está lloviendo..

-No será para tanto, serán unas chispas

-Que no está el tiempo para dar paseos

-¿un paseo dices? Pues el caso es que sí, llévate el paraguas «pasiacaso»

Oye lo que le parece y anda por el medio del camino y se ríe si le advierto que hay que ir por el lado izquierdo. Camina como si la calle fuera suya, y así es, ha ido creando un mundo interior en el que vive «divinamente», una isla en la que los demás somos el ruido de las olas. Cuando se acerca un coche, o  un grupo de ciclistas y le digo que se eche a un lado, siempre, siempre, se para, se da la vuelta despacio a comprobar que no le estoy engañando, porque él no se cree cualquier cosa que le dicen, pero no sólo hoy, día veintiocho de diciembre…¡Todos los días del año!

A veces me impaciento y le aparto yo tirando de su manga hacia mi lado (es muy fácil moverle, como si no pesara nada, su cuerpo no ofrece resistencia)

-¡Algún día te atropellan, o provocas un accidente!

-Qué exagerá, no será para tanto…Si tienen sitio de sobra…¡Que se aparten ellos!

Y el coche ahí esperando que Pablo decida dejarle pasar. ¡qué inocente!

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Lluvias y cuentos

-Entonces, está lloviendo mucho por la parte de Valencia…con la sequía que ha habido este tiempo atrás…

-Habrá sido por las «rogativas» que le estuviste cantando a M….., ¿te acuerdas?

-¡Eso son tonterías! Cuando sacaban a los santos en procesión, es porque ya sabían que se acercaba cambio de tiempo, ¡qué no ves que ellos siempre han sabido mucho y tenían todos los libros y tó el conocimiento a su alcance!  Luego si llovía decían que había sido obra del Cristo o la Virgen.¡Lo que quisieran decir! La gente se lo tragaba todo…

-Ahora ya no tanto, ¿no?

-¡Uy que no! ¿Qué te crees que ahora ya no te cuentan cuentos?

«Yo no sé muchas cosas, es verdad./Digo tan sólo lo que he visto./Y he visto:/que la cuna del hombre la mecen con cuentos,/que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,/que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,/que los huesos del hombre los entierran con cuentos,/y que el miedo del hombre…/ha inventado todos los cuentos./Yo no sé muchas cosas, es verdad,/pero me han dormido con todos los cuentos…/y sé todos los cuentos. -León Felipe-

 

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Habas contadas

Fui a ver a Pablo y le preparé unas habas con su refrito de ajos y sin piel, como le gustan. Empezó a comer y el sabor le llevó a su añoranza del «paraíso»

-Como ha llovido tanto, habrán crecido malas hierbas entre las habas y los guisantes…Esas sí que van a estar buenas…

-¿Mejores que éstas?

-¡Pues ná, dónde va a parar!

Pero se come todas las que tiene en el plato, mojando pan en el aceite. Como la tele está puesta, le pregunto si aquí en la de Madrid dicen mejor las noticias 

-Me pone dibujos…

-Mejor aquí entonces, que allí no hacen más que dar malas noticias 

Rebaña el plato, da un sorbo de vino con gaseosa, empieza a pelar el plátano con mucha dificultad, pero sin dejarme que le ayude. Suspira…

-Y a J…, ¿le falta mucho para ponerse bien del tó? Porque allí el suelo es más blandito sin cuestas y el agua de mar es muy buena para los huesos, y …con lo que ha llovido ahora, ¡ya veréis qué habas más ricas! 

Tormenta de meteoritos a punto de colisionar

Esta tarde, Pablo,  algo ha oído o se figura, que está nervioso. Va a la cocina a buscar algo dulce. Abre la nevera. Dice buenas noches cuando vuelve a su cuarto, le explico que aún es por la tarde y que todavía hay que cenar y tomar las pastillas de las nueve. Me dice cada vez que come algo, que eso ya es merienda cena y vuelve a repetir lo de querer irse a la cama. Le vuelvo a repetir que es muy temprano, está vez en un tono «demasiado» alto. Me dice que le estoy volviendo loco. Subo a la terraza a recoger ropa, porque parece que va a llover. Bajo de nuevo,no está y se ha llevado mis llaves. Cuando vuelve, ya anochecido, dice que ha ido a buscar naranjas porque seguramente mañana llueve y no vamos a poder salir.img_20161121_155118246.jpgMe dice que  ha refrescado mucho y que no, que él no ha cogido las llaves…y que buenas noches, que mañana será otro día. Qué no, que no se acueste todavía, que son las siete de la tarde.

-¿Las siete nada más?- mirándose el reloj para asegurarse de que no le miento-…pues se me hacía a mi mucho más tarde.

-Siii, está siendo una tarde muy larga.