Han venido a visitarnos unos amigos, J….y B….. Sólo han parado un poco, de camino a su pueblo que está a pocos kilómetros de aquí, el tiempo de comer y alegrarnos de vernos, mientras nos contamos cómo van las cosas. Cuando se han ido dejándonos un dulce de higos de su higuera y llevándose ellos conserva de berenjenas del huerto de Pablo, me han preguntado si les iba a sacar en el blog y les he hecho esta foto movida (*la perrita es Maggie)
Luego he despertado a Pablo, que andaba adormilado en su hamaca, toda la tarde y le he propuesto dar un paseo
-Déjame tranquilo, si aquí estoy bien…
-¿Quieres que vayamos a casa de Vicenta?
Se incorpora, se pone la gorra y busca el bastón. Le explico que es mejor con el andador, que vamos más seguros y se deja convencer.
Vicenta se alegra mucho de vernos y le ofrece a Pablo el sofá y unos cojines para que se acomode.
-Uy qué manos más frías y qué primet te estás haciendo. ¿No menja? – me pregunta a mí, pero sin esperar respuesta sigue hablando con él – Yo en cambio, mira, no em perd la gana
Mientras sigue hablándonos, de lo que come, de la faja que gasta, que es muy cómoda y le protege los riñones, de cuando el callejón iba sin asfaltar y se hacía barro, no dejan los dos de compararse las manos
Cuando nos vamos, sale a acompañarnos a la puerta y nos dice
-Hasta mañana
-Hasta mañana…¡si Dios quiere!
-Jajaja, yo no sabía que tú mentabas a Dios, Pablo
-Tú porque no sabes lo que le pasó a uno de mi pueblo… que le dijo su mujer …»hasta mañana si Dios quiere»…y él, «y si no quiere también» y se cayó del carro y le coceó la mula y volvió a su casa con el brazo en cabestrillo diciéndole a su mujer : «Que me he caío porque Dios a queríiiiiiio»
– Ai aquest home, sempre em fa feliç