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Que la fuerza os acompañe

Está circulando por ahí la historia de una abuela que reza todos los días a una imagen que ella se figura que es un Santo, pero en realidad es un elfo,»Elrond» de el señor de los anillos.

Pues hoy me he quedado mirando cómo Pablo pela, con mucha atención y ceremonia un plátano y con qué cuidado lo sostiene con las dos manos delante de él mientras mastica a conciencia, como lo haría un caballero Jedi, arropado en su bata-manta, sosteniendo una espada láser

Y no sé qué diferencia hay entre los iconos de la santidad religiosa y los de el arte, la literatura o nuestra vida cotidiana, si pueden inspirar nuestra oración.

«La belleza salvará al mundo» Dostoyevski
 

Los santos inocentes

-Pablo, no te pongas la gorra que hoy está lloviendo..

-No será para tanto, serán unas chispas

-Que no está el tiempo para dar paseos

-¿un paseo dices? Pues el caso es que sí, llévate el paraguas «pasiacaso»

Oye lo que le parece y anda por el medio del camino y se ríe si le advierto que hay que ir por el lado izquierdo. Camina como si la calle fuera suya, y así es, ha ido creando un mundo interior en el que vive «divinamente», una isla en la que los demás somos el ruido de las olas. Cuando se acerca un coche, o  un grupo de ciclistas y le digo que se eche a un lado, siempre, siempre, se para, se da la vuelta despacio a comprobar que no le estoy engañando, porque él no se cree cualquier cosa que le dicen, pero no sólo hoy, día veintiocho de diciembre…¡Todos los días del año!

A veces me impaciento y le aparto yo tirando de su manga hacia mi lado (es muy fácil moverle, como si no pesara nada, su cuerpo no ofrece resistencia)

-¡Algún día te atropellan, o provocas un accidente!

-Qué exagerá, no será para tanto…Si tienen sitio de sobra…¡Que se aparten ellos!

Y el coche ahí esperando que Pablo decida dejarle pasar. ¡qué inocente!

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asaltar los cielos

Sostiene el bastón con las manos juntas, señalando una nube. Pienso que me va a hablar del tiempo y dice:

-Allí estará San Pedro, esperándome

-Pero si tú no vas a misa, no eres de ellos

-Y eso qué «tié»que ver…cuando me muera voy allí…y luego ya veremos si entro o no

-Bueno, pues que siga esperando

-¡Eso digo yo!

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