-Me estaba acordando de uno que llamaban Lázaro, que compraba garbanzos en el pueblo; luego ya cuando empezó a haber más abundancia…y se iba a venderlos en Talavera. Y se conoce que habiendo hecho buen negocio, se iríe a celebrarlo a la taberna yyy… Apareció en el Tajo prendío por la chaqueta de un sauce…Pero sin el dinero de la venta…Y es que no se puede uno ir de la lengua – se ríe -…Y uno de los chicos de Varilla, dicen que en eso de la iglesia, que te daban la doctrina, o lo que fuera…El caso es que le preguntó el cura que si sabía algo de Lázaro y él dijo que se lo habían encontrao muerto en el río -se ríe-
– Pero le preguntaban por Lázaro, el que resucitó
– Yo qué sé lo que hizo, si yo a misa no iba…-suspira y mueve la cabeza- Si es que para hacer negocios, lo primero, que no tienes que beber…Luego ya, si te gusta, cuándo tienes el dinero a buen recaudo, en tu casa, pues vas y lo celebras…pero yo no sé si ese otro Lázaro por el que preguntaba el curaaa…¡cómo va a resucitar! ¡Anda!