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El misterio del vino y los rencores

– Y ¿cómo hacíais el vino?img_20170331_191530120.jpg

-¡Pues en el corral! Teníamos una pila  grande y pisábamos allí la uva… Según iba escurriendo se recogía en unas especies de orzas, con ollejo también,  porque el ollejo es el misterio de que fermente y haga vino… Después se cuela hasta que sale claro y sin el poso….Y nosotros lo teníamos en tinajas con un agujero bajo, así tapao con un corcho.

– ¿Os lo bebíais todo o daba para vender?

-¡Para vender! ¡Miá tú!  Y ya verás lo que pasó: Que después de la guerra pusieron de Alcalde a uno que tenía taberna y nos prohibió hacer el vino…Y la uva se la tuvimos que vender a él por fuerza y ¡al precio que nos quiso poner! ¡Una ruina!..Pero duró poco de alcalde…unos dos años…Luego ya nombraron a otro, que entre ellos no se llevarían muy bien, ¡Si es que había «muchas»rencores! Y el que vino, que se quedó ya muchos años; hablaría con él mi padre lo que fuera, y no solamente le dejó hacer el vino, si no que le dijo que podía venderlo por copas…Y así puso mi padre la taberna…

 

El abogado

-(…)y esa mujer era la viuda de un abogado

-¿La mujer de las collejas?

-Esa, sí.

-¿Vivían en el pueblo?

-Tenían allí una casa muy importante, en la plaza de arriba, frente a la iglesia, con cueva y todo(…) El caso es que era de mucho renombre pero de barrer siempre pa su lao… y más de uno le querría mal. Así le pasó, que fue de los primeros a los que ajustaron las cuentas en Madrid, en las purgas que hicieron al empezar la guerra – eso dijeron y yo lo oí. Es que a mi me gustaba estar enterado de las cosas de los mayores- Pepe Sol le llamaban, no sé si se llamaría así…Tenía fama de ganar todos los pleitos pero siempre en su propio beneficio, sin importarle las pérdidas de los demás. Si hasta le gustaba reírse luego, mientras lo contaba, con el secretario del ayuntamiento. Se decía que en un pleito que había librao entre dos hermanos que litigaban por una vacaimg_20170302_192028385.jpg a uno le decía: «la vaca NO va a ser pa tu hermano». Y al otro le contaba lo mismo: «no te preocupes que la vaca NO se la queda tu hermano». Y decía verdad porque no fue pa ninguno de los dos, ya que tuvieron que venderla pa pagarle a él.