-(…)y esa mujer era la viuda de un abogado
-¿La mujer de las collejas?
-Esa, sí.
-¿Vivían en el pueblo?
-Tenían allí una casa muy importante, en la plaza de arriba, frente a la iglesia, con cueva y todo(…) El caso es que era de mucho renombre pero de barrer siempre pa su lao… y más de uno le querría mal. Así le pasó, que fue de los primeros a los que ajustaron las cuentas en Madrid, en las purgas que hicieron al empezar la guerra – eso dijeron y yo lo oí. Es que a mi me gustaba estar enterado de las cosas de los mayores- Pepe Sol le llamaban, no sé si se llamaría así…Tenía fama de ganar todos los pleitos pero siempre en su propio beneficio, sin importarle las pérdidas de los demás. Si hasta le gustaba reírse luego, mientras lo contaba, con el secretario del ayuntamiento. Se decía que en un pleito que había librao entre dos hermanos que litigaban por una vaca a uno le decía: «la vaca NO va a ser pa tu hermano». Y al otro le contaba lo mismo: «no te preocupes que la vaca NO se la queda tu hermano». Y decía verdad porque no fue pa ninguno de los dos, ya que tuvieron que venderla pa pagarle a él.