La llave de lo dulce

-Pero Pablo, ¡voy a tener que esconderte los dulces!

-Mira, lo escondas donde lo escondas yo acertaré a hacerme con ello si lo quiero…Si mi madre también guardaba las cosas  en una alacena con llave. Las rosquillas, los cortadillos, las madalenas, lo administraba ella porque esooo no era pa tó los días como ahora…Pero yo me hice con una llave y…

-Y ¿cómo se la quitaste a tu madre para hacer la copia y todo eso?

-Sí entonces no eran las llaves como ahora, las cerraduras eran un agujero en la puerta con una palanquita que caía al otro lao y al meter la llave se levantaba y ya está. Así que yo me hice con un hierro «a propósito», le afiné bien la punta y entraba perfectamente…Se abría la puerta que daba gusto…Y ¡que yo cogía poquito y con cuidado, pa que no se notara!

-Y la llave ¿dónde la guardabas?

-Pues en un agujero de una viga de la cocina, que entonces no teníamos techos rasos, estaban las vigas y paja, o yo no sé lo que sería. El caso es que el escondite lo tenía a la mano porque yo dormía allí, en un poyete que sobresalía al lado de la lumbreimg_20170317_183937220.jpg

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