las mujeres no se escondían para mear

-¿De dónde eres?

-De Toledo

-¡Anda! Si somos casi paisanos, yo soy de Cuenca, pero mis abuelos eran de un pueblo de Toledo y se fueron a Tarancón a poner una tienda de esas que tenían de todo…¿cómo se llamaban? ¿abacerías o colmados?

-Es que en cada pueblo, aunque sean del mismo Toledo, se tiene un hablar y se nombran las cosas  diferentes -aquí, imita un acento que dice que es de tal pueblo-…Cuando ibas en el coche de línea, enseguida veías por el habla de dónde eran los que iban «subíos»…y las costumbres, tampoco eran las mismas…había un pueblo, que estaba entre el mío y Talavera donde, eran las mujeres las que iban a segar… y los hombres a la labor

-¿A la labor de la casa? ¿Entonces? ¡No creo!

-A labrar, a la siembra, a la trilla…lo que se dice la labor. Nos juntábamos con ellos, porque lindaban las tierras, para la recogida de bellota y, oye, las mujeres no se escondían para mear ni «na» se paraban de pie en cualquier sitio y ¡hala! No les daba ningún «cuidao»…

-Con esas faldas largas que llevaban…¿y las bragas?

-¿Qué bragas? Las pobres no llevaban bragas…eso es cosa de poco tiempo a esta parte…a mi madre se las trajo mi tía Raimunda de Tánger, las primeras…y luego ya vieron que era una cosa  buena…y ya las gastaron también ellas.

 

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