Sobre ruedas

Como ese era el carro que teníamos en Villarejo, con las ruedas así de goma como las de los coches…Ya no eran ruedas de hierro

-Eso era un adelanto, lo de las ruedas de goma, digo

– Eso digo yo

– Y ¿para qué usabas el carro?

– ¿Para qué lo iba a usar? Pues para ir a buscar el género al pueblo de al lao, que era más grande, que Villarejo era una aldeílla de poca monta y no llegaba ni reparto ni naaaa… Luego cuando traspasé la tienda pa venirnos a Madrí, se la quedó un guardia civil retirao, y que pa que la llevara su sobrina…Y ese sí que fue a hablar con los que hacían el reparto y les diría queeee… ¡Bueno, no sé si por las buenas o por las malas! El caso es que a raíz de entonces ya llegó el camión hasta allí… Esa gente tenía mucha mano, aunque estuviera retirao… Yo no digo que hiciera más malo, ¡eh! Lo haría por lo legal…lo que tiene es que a él le hicieron caso y a mi no…

– La vida es regalada para algunos

– No, regalao no es ná… hay que ganársela a cá instante, que pa tó hay que valer. No tié ná que ver el «vivir bien» con «la vida«

10 comentarios en “Sobre ruedas

      1. Laura Antolín

        Muchas. Claro que nosotros solo vemos las mieles, no las sombras. Es que los de antes sabían lo que vale un peine, y eso se nota aunque ni lo recuerden.
        Esas ilustraciones, como la de hoy, tienen unos contornos muy suaves que le van mucho a lo rural. Tipo Corot.

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      2. noteclavesilustracion Autor

        Mis amigos «humanos» me insisten en que cuente lo oscuro, (son muy de gore ellos, jajajaja) pero como en esas ilustraciones en las que te has detenido, todo es un tejido entreverado de luz y sombra, de jamón y tocino;)

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      3. Laura Antolín

        Piñones, agua de botijo anisada.
        No sé, yo no lo haría. Al menos, no aquí, donde nos das recado de Pablo, y él está vivo. Pero, allá tú, que eres el artífice. El médium, casi… A mí, me gusta así, recién mudado.

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