-«¿Quieres que te demuestre cómo las buenas obras con mal se pagan? – dijo la serpiente – Pues vamos a preguntar al primero que pase
-Y si me da la razón, gano yo y me dejas en paz…
– Si te da la razón…
Y mira tú por dónde, vieron un burro pastando a la sombra de un árbol de allí cerca
– ¡Eh, burro! – gritó el soldado – Contesta bien a una pregunta que te haga está serpiente que me quiere comer – Y el burro se queda mirando y la serpiente que hace la pregunta y el burro que dice
– Pues mira, yo he estado toa mi vida trabajando como un burro. He tirao del arao, he cargao leña, he dao vueltas a la noria, he llevao a los niños y a los mozos a la feria, a mis costillas, he hecho todo lo que me han mandao…Y ahora que soy viejo, ya no me quieren pa ná…y aquí estoy, buscando un poco yerba que llevarme a la boca y sin cobijo…»
Pablo ha terminado de comer, se limpia bien todo rastro de chocolate y se levanta del banco a tirar la servilleta de papel y el envoltorio del helado a una papelera, le pregunto si estaba bueno.
– ¡Ya ni me acuerdo! – se ríe