Archivo de la etiqueta: siesta

Ahora todo lo hacen las máquinas

-Hace mucho calor para trabajar, Pablo. ¿Por qué no descansas ahora a la sombra y luego, cuando baje el sol continúas la faena?

– Porque ahora es cuando tengo ganas…

– ¿No has oído decir por la tele que nos protejamos del sol con estas temperaturas?

-Entonces, porque lo digan por la tele…tié que ser

-Bueno, vale, haz lo que te dé la gana, ya iré a recogerte cuando te dé un vahído y te caigas

Se sienta a mi lado, pero se aburre. Le miro

– Cuando estábamos segando, ya podía estar el sol alto o bajo, que hasta que no se ponía no te ibas pa casa.

Se levanta y me enseña la hoz con la que recoge unas ramas secas de madreselva que hemos estado podando

– ¿Con eso segábais?

– A ver, ¿Con qué iba a ser? – Hace el gesto de segar, agachándose- Se iban haciendo tres «manadas» y lo ibas dejando a un lado, luego se iban juntando pa formar las gavillas – me va explicando todo el proceso y los trucos para que cundiera más el trabajowp-1498475846171.

– Yo pensaba que se segaba con guadaña

– ¡Esa es la muerte, dicen!. Pa segar hay que doblar el espinazo…pero ahora ya todo lo hacen máquinas

libertad vigilada…

img_20170222_155912169.jpg

Aquí está Pablo sentado en la puerta de su caseta del huerto, caído en uno de esos sueños de libertad.

Estar al cuidado de una persona no deja de ser, un poco, tenerle bajo vigilancia. Vigilar que se asee, que se cambie de ropa, que coma a sus horas y una dieta adecuada (Pablo preferiría comer dulce solamente), las horas de sueño y de vigilia. A veces le veo paseando por el pasillo con el reloj en la mano (porque pasa el tiempo más rápido que si lo tienes en la muñeca) cuando bajo a darle la última dosis de levodopa sobre las 21:00 Y si por cualquier distracción me retraso un minuto, me reclama a la voz de

-Las nueveeee, las pastillas!

Y cuando llego a su lado, preparo la cena y  se queda ese rato en la cocina, casi siempre contándome alguno de sus recuerdos. Sentado en su sitio de la mesa, calibrando el humor que tiene «el vigilante «para desviar hacia uno u otro lado la conversación…se toma sus pastillas y dice mirando cómo vuelvo a rellenar el pastillero

-Bueno, esas ya son las de mañana, ¿no? Ya no me mandas nada más por hoy, yo ya puedo irme a la cama. ¡Buenas noches!

 

lo que es y lo que no es basura

Se queda dormido en su hamaca en cualquier momento, sobre todo al regresar de un paseo y cuando abre los ojos (a veces han pasado sólo 15 minutos), se levanta como impulsado por un resorte, como perseguido por un sueño que no le ha gustado y ese sueño o alucinación continúa «vivo» en la hamaca y él tiene que salir de allí, salir de casa «porque se lo están pidiendo las piernas» dice

-Pero, ¿no será la cabeza la que te pide andar? porque las piernas acabas de decir que las tienes cansadas del paseo

-Pero eso era anteeees…

-¡Hace diez minutos!

-¡Es que me vuelves loco! Si no quieres tú no salgas, pero yo voy a ir a tirar la basura…(suele ser una persona muy dulce pero a veces tiene esos brutos despertares)

A veces no da ninguna explicación, sencillamente se levanta (silenciosa y rápidamente) y sale, a tirar… una bolsa (conteniendo un edredón por ejemplo) que estaba apoyada en la pared a la espera de ser colocada en su sitio.

img_20160921_100213089