Hoy hemos ido a ver a la doctora para consultarle sobre los cambios que están sucediendo, aceleradamente, en el cuerpo y el ánimo de Pablo. Pero en su lugar, hoy, hemos encontrado a un doctor
– ¿Qué me cuenta? ¿Qué tal está usted?
– Yo no tengo ya ná que contar
Y al salir de allí…
-Yo no sé porqué me has traído aquí, si éste no me conoce de nada… Bueno, ¡no me conoce ni mi madre!…Parece que la estoy viendo…Se sentaba a coser en la puerta de casa…
Y cuando fueron una vez en mi busca, pa pagarme unas peonadas de trilla que había estao haciendo en una casa de labor…»¿Es aquí donde vive Pablo García?» y que preguntaron…»Yo no conozco a ninguno con ese nombre», va y dice…»Pero señoooora, si desde el puente me han señalao que aquella mujer que allí cose, es la maaadre…
Y que se llevó las manos a la cabeza – hace él ese gesto- cuando se echó a deber que no se acordaba de mi nombre ¡Como tos me llamaban Morero!…- sonríe – Ahora, si me viera, tampoco se acordaba…ni me conocía