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Higos fulminados

Hemos venido a pasar unos días en un pueblo de Cuenca, a la casa de los padres de J…

Pablo se ha hecho un lío, no sabía si enfadarse porque le hemos movido de su rutina o alegrarse porque está con gente de su generación y puede contar sus cosas y hacer como que presta atención a los otros.

-Mira Pablo qué higos más ricos tenemos aquí. Estos son árboles del ayuntamiento, podemos coger si queremos

–  ¡Buah! Estos son muy pequeños, pa higos buenos los de mi higuera, que la tengo injertá y da higos de tres clases…¡Esos sí que son gordos y dulces! Estos se nota que están «fulminaos«. Porque fíjate, ni siquiera los pican los pájaros. Aquí no hay ni pájaros, de la sequía que tenéis

-Tú prueba y verás qué ricos

– ¡Uy!¡Se me hace como  que oigo campanas!

– Sí, son las que dan las horas. Y mañana domingo hay misa, pero tú no eres muy aficionado a eso ¿No, Pablo?

– Bueno, yo ¡también sé rezar! Lo que tiene es que siempre se ha oído eso de «a Dios rogando y con el mazo dando» y yo he pensao, pues si hay que dar con el mazo de toas las maneras, mejor dar con el mazo sin rogar, porque parece que le rueguen o no, Él no te ayuda y así te cunde más el trabajo. Y al final de la jornada, siempre he preferío ir al baile que oír al cura – Se mete entre las hojas de la higuera tentando los higos; los va pelando y metiéndoselos en la boca mientras cabecea afirmativamente – Pues sí están dulces, sí, pa lo ná que dices que ha llovío …

Refugios y vericuetos

Hoy le he pedido detalles de una historia que me contó ayer, (curiosa), pero ha tomado un desvío de la leche:

-Pues esa era la mujer de un abogado muy «sonao», que tenían una casa muy buena, en la plaza de arriba frente a la iglesia, tenía hasta cueva

-¿Para guardar el vino?

-Yo no sé lo que «dejaríen» allí refrescando, cuando entramos nosotros estaba vacía, se lo habían llevao todo…Es que las casas con cueva tenían que tener pintada una señal en la pared o en la puerta,  para saber dónde había que cobijarse si había bombardeo

-Y ¿tuviste que refugiarte alguna vez?

-Yo estaba siempre de un lao pa otro, como un salvaje, sin control ninguno…Una vez tuvimos que irnos todos a pasar dos o tres días a la viña, niños y mujeres porque se temían represalias por algo…Y mi tía Eleuteria se llevó un saco con ropa, porque no se sabía lo que iba a pasar, y lo escondió bajo un montón de pajas y hojas para que no vieran relucir lo blanco…Y yo que estaba, con los demás chicos quemando montoncitos por allí, pues allá que fuimos a prender fuego también a ése…No se me olvidará que mi madre le daba el biberón a un niño, debajo de una higuera…