– Pablo, ¿Te has comido los tres helados de la caja?
– ¿Tres helaaaaaos? ¿Dónde?
– Eran para invitar a tus amigas
– Pero como no aparece nadie…¡Yo no sé qué harán que no salen!…Pero yo me he comío uno solo…yo creo que no había ninguno más… a lo mejor se han derretío por el calor…
– Pues desde que empecé a dibujarte has engordado un poco.
– No creo, si yo no he estado gordo nunca…¿Sabes lo que decía mi padre? – se ríe – Que si hubiera sío un cerdoooo, que arruinaba al dueño, eso me decía, porque comiera lo que comiera, siempre estaba seco… Claro, es que me movía mucho, era lo que se dice de rabo de lagartija…Ahora ya no me muevo tanto – Mientras habla forcejea tratando de meterse la mano al bolsillo para sacar el pañuelo y le cuesta, porque el pantalón le queda muy ajustado y esa postura de sentado adolescente, complica aún más la operación – ¡Ay, qué cooooño! – Cuando lo consigue se limpia la nariz y la frente, vuelve a doblar el pañuelo parsimoniosamente y esta vez se levanta para guardarlo.
-Yo creo que este pantalón ha encogío un poco