Deja la sudadera en el árbol como buscando en qué rama se detiene, igual que cuando rememora el pasado
-(…) También había árboles en la viña. Dos peros, que son como las peras pero más duros…
Aquí se va por la «rama» de la poda, de cómo aprendió y lo puso en práctica…
-(…) También albaricoqueros, que son tan buenos los albaricoques de por allí que hasta la pipa se come, como si fueran almendras…
Esto va a las ramas del mazapán, cómo se hace y a la familia del pueblo que tiene el negocio confitero…
-(…) Y yo creo entrever que había también alguna encina…¡Ah! Y una parte que dejábamos para labrar y allí plantamos algarrobones, que son como algarroba pero el grano más redondo y hacen una mata, así a esta altura – señala con las manos unos quince centímetros- Eso era de forraje para los guarros, que los soltábamos allí y ellos iban comiendo…De vigilarlos se encargaba Faustino, que era el más chico por ese tiempo y una vez – se ríe – nos le encontramos llorando y que porque se le habían perdío…Y es que se habían hartao de comer y ¡se habían echado a descansar!
Y en esta rama lo dejo.