-En ese pueblo los hombres eran muy negociantes, estaban siempre de tratos unos con otros y cuando venían al pueblo a las fiestas, también…y en cambio, todas las mujeres decían que eran brujas y que curaban el mal de ojo.
-Eran brujas buenas, entonces…
-Si. A mí me llevaron de chico a que me curaran porque le habían dicho a mi madre que lo tenía. Y que era mi abuelo el que me lo había echado…¿pero, cómo iba a ser mi propio abueeelo? Y dijeron, que se podía echar …desde el cariño igual que desde el odio
Le miro, se ríe, se limpia la boca y luego la nariz con la misma servilleta, la vuelve a dejar en la mesa.., sigue comiendo…se para y dice
– Pero mi padre se pasó por donde daban las pastillas para las fiebres tifoideas que eran unas fiebres que daban por las tardes y eso era lo que yo tenía, o eso dicen…Unos me metieron las pastillas, que las daban del gobierno, gratis… porque era cosa que había mucho por entonces, esas enfermedades que ¡a saber lo que eran!… y las brujas me ataron un hilo a la muñeca…
-Medicina alternativa…
-Y yo qué sé, si eso me lo habrán «contao» después, si yo tenía que ser muy chiiicoo…Supersticiones que había antes…¡Pero ahora también las hay!