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Una semana antes…

Hace una semana anduve moviendo cosas de sitio en la planta de arriba de la casa. Pinté un armario de blanco y le dibujé en la puerta una flor y una abejita

Pongo la foto por si alguien, o Evavill no se lo cree.

Aunque bajaba a menudo a ver si Pablo dormitaba o le habían entrado ganas de dar un paseo, en algún momento debió de sentir curiosidad por lo que estaba haciendo y, ni corto ni perezoso, subió la escalera él solito y ¡sin ayuda!…De repente lo vi enfrente de mí (estaba lijando y no le había oído) y me asusté un poco

-Pero Pablo ¿Cómo has subido tú sólo?

-Para ver cuándo acabas y si vamos al parque

-Siéntate en esta silla mientras termino y ahora vamos

-¿Y esa lámpara?

-Se la he comprado a Eladio -Se queda mirando moviendo la cabeza- ¿Te gusta? Es de estrellas

Se levanta de repente, se agarra a la barandilla y mira hacia el hueco de la escalera

-Las estrellas son las que voy a ver yo como me dé un estacazo por este balcón…- se lleva una mano a la cabeza- ¿Pero cómo he llegao hasta aquí? Eso sí que no me lo explico…

Aquí he dibujado a Pablo bajando la escalera, con J….. haciendo de barrera por si perdía el equilibrio. Poco después nos fuimos al parque y preguntó a las señoras que si se acordaban de un cantar de Antonio Molina que decía que «para ver las estrellas Sofía Loren es la mejor». Luego se quedó callado mucho rato, pero sonreía, como recordando cosas buenas.

Y nada, quería contar esta pequeña anécdota para que sintáis que también hay ratos buenos.

Psicodélicas Perseidas

Me envían una foto de L. con Dylan y se la enseño a Pablo, que hoy no quiere salir de su cuarto. Se queda mirando pero no da señales de reconocer a nadie.

-Un perro y una niña -dice al rato, con los ojos entrecerrados – y también veo colores y chispas, desde que me has subío ahí a la terraza a ver si caían estrellas…
y luego pa bajar la escaleraaaa… Pero ¡a quién se le ocurre! ¡Ahora ya no se me va de la cabeza!

– Pero si estás bien, no te ha pasado nada. Yo creía que te iba a hacer ilusión. ¿No me dices que te gustaba mucho mirar las estrellas cuando dormías en el campo y que ese pastor que se llamaba Cigarro te iba dando los nombres de  todas?

– Sí, las cabritilla y el camino de Santiago y muchas más que me sabía…pero ahora no me gusta lo que está pasando, ni las cosas que se me meten aquí – se aprieta la frente –  en el majín este…Yo no sé si serán las pastillas esas que me das, pero yo ya no soy lo mismo…Miá tú, con el paso que yo llevaba antes, que no había quién me pillara – se va quedando dormido, saco el cuaderno y hago un dibujo con muchos colores