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libertad vigilada…

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Aquí está Pablo sentado en la puerta de su caseta del huerto, caído en uno de esos sueños de libertad.

Estar al cuidado de una persona no deja de ser, un poco, tenerle bajo vigilancia. Vigilar que se asee, que se cambie de ropa, que coma a sus horas y una dieta adecuada (Pablo preferiría comer dulce solamente), las horas de sueño y de vigilia. A veces le veo paseando por el pasillo con el reloj en la mano (porque pasa el tiempo más rápido que si lo tienes en la muñeca) cuando bajo a darle la última dosis de levodopa sobre las 21:00 Y si por cualquier distracción me retraso un minuto, me reclama a la voz de

-Las nueveeee, las pastillas!

Y cuando llego a su lado, preparo la cena y  se queda ese rato en la cocina, casi siempre contándome alguno de sus recuerdos. Sentado en su sitio de la mesa, calibrando el humor que tiene «el vigilante «para desviar hacia uno u otro lado la conversación…se toma sus pastillas y dice mirando cómo vuelvo a rellenar el pastillero

-Bueno, esas ya son las de mañana, ¿no? Ya no me mandas nada más por hoy, yo ya puedo irme a la cama. ¡Buenas noches!

 

de la muerte y la risa

-Pues llevo mucho tiempo ahí sentado en mi cuarto desde que me dispertao..Sin hacer ruido.

-¿Pensando?

-Pues sí, me ha dado tiempo a pensar muchas cosas… – me mira muy serio-  ¡En la muerte!..Que mejor que me quemen, y que no hagan entierro ni ná, que ya sé que vosotros no vais a querer las cenizas, porque ¿pa qué esas tonterías?

-¿No quieres que las echemos en el huerto para que crezcan las habas y las flores?

-Ni flores…Yo digo lo que decía mi abuelo Petronilo, «¡las flores las quiero vivo!» Y fíjate, le hicieron entierro -se refiere a funeral, creo- en la Iglesia, ¡él, que no la había pisao en vida! Con las flores y el cuuura, que era un vasco muy recio, dando unas zancás alrededor del muerto… que estaba dentro de una caja, ¡claro!…-Se ríe- Y el monaguillo que se las veía y se las deseaba para seguirle, agarrao a esos achiperres que se ponen…img_20170208_181648218.jpg

-¡Qué risión! Yo no me podía contener de reírme y me tuve que agachar, así como si llorara, poniéndome las manos en la cara para taparme…Y mi hermano Ángel diciendo,» yo no me vuelvo a sentar a tu lado, ¡cuidao qué hombre este!» Y el cura con esa cantinela, «cuando se junte el cielo con la tierraaaa…» ¡Qué risa!

 

guardando el equilibrio

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Venimos del huerto y  me va explicando si por los terrenos que pasamos, están bien o mal hechas las podas. Porque el asunto de la poda es una cosa de mucha importancia y gravedad, tanto que eso le lleva de estos árboles a los suyos, a los de su infancia y juventud toledana, a los olivos y a lo bien que preparaba él los troncos, limpios de chupones y bien removida la tierra alrededor…Dice se esperaban en su familia a que él fuera «de permiso», de lo bonitos que los dejaba.

-Y ¿ a ti quién te enseñó todo eso?

-Pues mira, yo aprendí a podar oyendo cómo lo explicaba de bien un hombre en una barbería (seguramente esperando que le cortaran el pelo a tupé)…Y a subirme a varear no me enseñó nadie tampoco. Vi cómo estaban discutiendo dos hombres grandes por ver a quién le tocaba subir arriba, y dije yo, pues no tiene que ser tan difícil, trae «pacá» la vara y me subí de un brinco y así lo hice.

-A ti no te daba miedo, ¿a que no?

-A mii…¡Qué me va a dar! Yo gateaba que era un gusto…y me cambiaba de rama en rama de un brinco, sin pasar por el tronco.

 

 

 

 

FX efectos especiales

Pela una naranja (sí, ha vuelto a comer naranjas, de repente, ahora sí que están buenas y en su punto…) con ese cuidado y atención que pone en el manejo de sus manos,como si lo que manipulara en vez de la navaja fueran los mandos de una nave que le teletransporta en el tiempo y el espacio

Y empiezo a ver con él a Mr. Spock y al capitán Kirk con Uhura, la oficial de comunicaciones…»¿puede darme sus coordenadas?» «prepare curso interceptor» «abandonen todos la nave»

-Entonces hoy no podemos salir, ya he visto la que está cayendo, por la ventana de mi cuarto…habrá que entretenerse aquí

La Enterprise, nave insignia de la flota estelar, ha quedado inoperativa debido al mal tiempo o a un ataque de los  Klingon, ¿quién sabe?

-Esto no lo había visto yo nunca! Tantos días seguidos…img_20170120_194055644.jpg

Y mientras pongo cara de estar siguiendo atentamente la anécdota que Pablo me cuenta, como los actores de una película de ciencia ficción que miran paralizados una pantalla donde los creadores de efectos digitales, montarán explosiones y lluvias de meteoritos

-«¿Está seguro de las coordenadas?»

-¡Pues claro que estoy seguro!¡Si me acuerdo perfectamente!…parece que lo estoy viendo…

sobre el dolor y el baile

Se acuerda Pablo muchas veces de un amigo suyo, de «hace muchos años»,  cuya madre tenía una enfermedad,- no sabe decirme qué clase de enfermedad era- que le provocaba un dolor grandísimo y continuo; un dolor que no paraba nunca, al parecer, y la mantenía postrada en la cama de su casa que, casualmente, estaba situada cerca del local donde hacían los mozos el baile de los domingos. Parece ser que la dolorida mujer les confesaba, alguna vez, a Pablo y a su amigo, que cuando  veía desde su ventana a todos los muchachos tan alegres al salir del baile, le pedía a Dios que repartiera por un momento el dolor que ella padecía, entre todos ellos, que siendo tantos y tan animados «tocarían a poco» y que no lo sentirían demasiado y ella…podría descansar un rato de tanto pesar.

-Y su hijo me decía que él, si pudiera, se quedaría con un cacho de dolor de su madre…¡Ya ves!, como si se pudiera repartir como el pan y el tocino…-dice Pablo-

«…si uno sufre, el dolor es completamente suyo, ningún otro puede tomar para sí ni una mínima parte; si uno sufre, no por eso los otros sienten daño, aunque el amor sea grande, y eso provoca la soledad en la vida»-Dino Buzzati (el desierto de los tártaros)-

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Presumiendo con las chicas

Hoy ha venido nuestra amiga Michele a ayudarnos en el huerto y después hemos ido a tomar el aperitivo con ella.

-¿Estás cansado? ¡Hoy has trabajado mucho! – Dice Michele

-¡Uy!, nada…y porque no hay baile esta tarde, que si no…allá que iba

-¡Menuda energía tiene!

Y se pone todo orgulloso, de estar ahí participando de la charla, de estar al lado de una chica guapa a la que «podría invitar al baile», de sentirse un galán.

Por la tarde, en el parque, lo primero que ha dicho es que hoy ha estado tomando el aperitivo con una chica francesa.

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la ducha toca los sábados

El ritual de higiene cada mañana, suele seguirlo bastante bien: Tirar el orinal y lavarlo, afeitarse, lavarse la cara y las manos, peinarse, pasar por el bidé después de…

La ducha diaria no ha formado parte de sus costumbres cuando vivía solo y menos ahora que «no suda» y «no se mancha nunca».

No se niega a bañarse, pero siempre le parece que está limpio (desnudarse completamente dice que no le gusta, que se ve viejo) y lo va retrasando todo lo que puede.

-Tú me vas diciendo cuando es sábado y me dejas la ropa limpia preparada, que yo no sé buscarla.

Así que eso hago, sólo que como vivimos desajustes temporales en esta casa, tenemos tres sábados a la semana.

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