Hoy le he pedido detalles de una historia que me contó ayer, (curiosa), pero ha tomado un desvío de la leche:
-Pues esa era la mujer de un abogado muy «sonao», que tenían una casa muy buena, en la plaza de arriba frente a la iglesia, tenía hasta cueva
-¿Para guardar el vino?
-Yo no sé lo que «dejaríen» allí refrescando, cuando entramos nosotros estaba vacía, se lo habían llevao todo…Es que las casas con cueva tenían que tener pintada una señal en la pared o en la puerta, para saber dónde había que cobijarse si había bombardeo
-Y ¿tuviste que refugiarte alguna vez?
-Yo estaba siempre de un lao pa otro, como un salvaje, sin control ninguno…Una vez tuvimos que irnos todos a pasar dos o tres días a la viña, niños y mujeres porque se temían represalias por algo…Y mi tía Eleuteria se llevó un saco con ropa, porque no se sabía lo que iba a pasar, y lo escondió bajo un montón de pajas y hojas para que no vieran relucir lo blanco…Y yo que estaba, con los demás chicos quemando montoncitos por allí, pues allá que fuimos a prender fuego también a ése…No se me olvidará que mi madre le daba el biberón a un niño, debajo de una higuera…