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Lo que pasó cuando su padre intentó purgarle con agua de carabaña

Se está negando a comer y dormita casi todo el día. La doctora dice que es por demencia y me ha recetado unos sobres para disolver en agua que le abrirán el apetito, parece.

Le acerco la cuchara con el brebaje

Aprieta los labios y me rechaza enfadado

-¿Qué quieres, darme un purgante? ¿También se estila ahora eso? Pues no vas a poder conmigo, no ha podido ni mi padre…

Sé cuál es la historia a la que se está refiriendo porque me la ha contado ya otras veces. Parece ser que cuando él gastaba pocos años, los médicos recetaban para limpiar el hígado y eliminar lombrices,»agua de carabaña» o «aceite de ricino» y los padres obedientes purgaban a los niños con regularidad

Pero Pablo se negaba en redondo a tomárselo, así que su padre dijo, «trae que verás cómo se lo doy yo»

Pablo apretó los dientes, su padre hizo palanca con la cuchara y un diente (que sería de leche) salió disparado por el aire, su padre retrocedió asustado

Mientras su madre

se llevaba las manos a la cabeza y el agua de carabaña salía rodando por el suelo de la cocina…

Empiezo a contarle la anécdota y veo que va prestando cada vez más atención. Carraspea, se aclara la garganta y dice

-¿Y tú cómo lo sabes? ¿Es que estabas allí?

Las visitas

Han venido a visitarnos unos amigos, J….y B….. Sólo han parado un poco, de camino a su pueblo que está a pocos kilómetros de aquí, el tiempo de comer y alegrarnos de vernos, mientras nos contamos cómo van las cosas. Cuando se han ido dejándonos un dulce de higos de su higuera y llevándose ellos conserva de berenjenas del huerto de Pablo, me han preguntado si les iba a sacar en el blog y les he hecho esta foto movida (*la perrita es Maggie)

Luego he despertado a Pablo, que andaba adormilado en su hamaca, toda la tarde y le he propuesto dar un paseo

-Déjame tranquilo, si aquí estoy bien…

-¿Quieres que vayamos a casa de Vicenta?

Se incorpora, se pone la gorra y busca el bastón. Le explico que es mejor con el andador, que vamos más seguros y se deja convencer.

Vicenta se alegra mucho de vernos y le ofrece a Pablo el sofá y unos cojines para que se acomode.

-Uy qué manos más frías y qué primet te estás haciendo. ¿No menja? – me pregunta a mí, pero sin esperar respuesta sigue hablando con él – Yo en cambio, mira, no em perd la gana

Mientras sigue hablándonos, de lo que come, de la faja que gasta, que es muy cómoda y le protege los riñones, de cuando el callejón iba sin asfaltar y se hacía barro, no dejan los dos de compararse las manos

Cuando nos vamos, sale a acompañarnos a la puerta y nos dice

-Hasta mañana

-Hasta mañana…¡si Dios quiere!

-Jajaja, yo no sabía que tú mentabas a Dios, Pablo

-Tú porque no sabes lo que le pasó a uno de mi pueblo… que le dijo su mujer …»hasta mañana si Dios quiere»…y él, «y si no quiere también» y se cayó del carro y le coceó la mula y volvió a su casa con el brazo en cabestrillo diciéndole a su mujer : «Que me he caío porque Dios a queríiiiiiio»

– Ai aquest home, sempre em fa feliç

El tiempo de las cerezas

Le han cambiado la medicación de nuevo y el efecto es una relajación muscular excesiva, que le resta, aún más, equilibrio. Eso no le impide seguir mostrándose digno e independiente. No me llama cuando tiene que ir al baño por la noche, lo descubro yo por él sonido del golpe, no el que se da contra el suelo que es leve como su peso, sino el de tratar de levantarse dándose impulso; sin una queja, sin una llamada.

Cuando venimos de que le curen, (no os asustéis) una pequeña brecha que se hizo en la cabeza, unas vecinas nos traen un cesto de cerezas

Como hace algún tiempo que «no le pasa lo sólido» y estamos a dieta de flanes y papillas, las vecinas me recomiendan recetas triturando la fruta con canela y azúcar… Él dice «¡Cosas que pasan!» y hace un gesto con la mano quitándole importancia. Cuando nos quedamos sólos me pide que le lleve unas pocas, que las quiere masticar.

Las come con gusto. Coge dos de las que van unidas por el rabo, me las señala y dice

– Esto se lo ponían las chicas en las orejas ¡de pendientes!… – sonríe – ¡Qué tiempos!

Pepita sabe cómo arreglar lo del paro

Veo a Pepita en su puerta, que me hace el gesto para que me acerque

– Mira, no hago más que darle vueltas a esto porqueeee: aquí dice que gasto de agua son doce’uros y empiezan a sumar cosas que no sé lo que son y me cobran cuarenta y nueve’uros. Y ¿eso por qué? ¿Tú lo sabes?

– Por la depuradora y el servicio de llevar el agua a las casas y el…

– ¿Cómo que llevar el agua a las casas? ¡Ni que tuvieran que traerlo en burro! ¿Y la depuradora,no nos lo había cobrao ya el ayuntamiento?

-Será el mantenimiento

-¡Será que son unos ladrones!…y mira cómo tienen a la gente, tos en el paro, con lo que ganan ellos, que lo dicen por la tele y tó, que ese de las tiendas de ropa, ¿lo has visto?, yo no sé cuantísimo dinero gana y los de los bancos…Mira, si a mí me dejaran a cargo del gobierno ¿sabes cómo lo solucionaba? Pues obligando a esos que ganan tanto a dar empleo a la gente…Yo no digo que den limosna a nadie, yo digo que los pongan a trabajar y a ganar su sueldo ¿No son capaces de ganar tanto dinero? ¡Pues que ganen un poco menos y hagan más empleos! ¡Que tienen a los chicos jóvenes sin trabajar! Mis nietos se tuvieron que ir a la Inglaterra esa… Que no están bien tampoco, pero que tienen trabajo y allí se han quedao…Vienen luego en el verano y… ¡Mira!, pasa que te enseño la labor que estoy haciendo a ganchillo, para cuando vengan…¡si yo no paro!…Si no fuera por la rodilla que me dueleee…¿Y Pablo cómo está? ¡Ay el pobre! Con lo que era, que estaba siempre en danza de un lao pa otro…y ahora ¿ qué dices, que no tie gana de comer? Pues a mí no mesequita, la gana – se ríe – Anda vete ya, que te estoy entreteniendo mucho…

Como sabe a masa qué bien traspasa

Una de cada color…primero esta colorá…

…esta tan grande se me atraganta

Tengo que colocármela en el «gazñate» pa que traspase…Eso era uno que comía mucho y se ajustó a trabajar en una labranza y como antes los tenían que dar de comeeer…porque te daban de comer a diario y luego al acabar el trabajo pa’l que estabas ajustao, te daban ya de paga lo que fuera…el caso es que al ama le parecía que ese hombre comía demasiao y pa ver si así comía menos, al día siguiente dejó que se abrasara la hogaza pan y así se la dio, quemá…Pero, ¡oye!, no vio que al hombre le importara, porque se la zampó sin dejar mendrugo, «¡como sabe a tizones que bien traspone!», decía. Y el ama en viéndole pensó, «pues si te gusta lo quemao,  mañana te vas a joder que te lo dejo crudo – Y eso hizo, al otro día dejó la hogaza a medio cocer …pero el hombre ese,  parece que tenía buen gazñate porque, le costara más o le costara menos, se la metió entera diciendo: – ¡Como sabe a masa qué bien traspasa!

Lo que, al hablar, dijo uno que prefería estar callao

Se enfrenta al plato de sopa concentradamente y sin prestar atención a nada de lo que le digo 

Le pregunto cómo está tan callado y, sin dejar la cuchara, agarra el tazón para beber directamente de él

Cuando termina, coge la servilleta, se limpia, la dobla parsimoniosamente. Yo retiro los platos y coloco unos dulces a su lado, en silencio; reposa las manos con cuidado sobre la mesa, los mira, me mira y dice

-Había uno, cuando estábamos segando, que no hablaba…Ni cuando nos sentábamos a comer, que parece que siempre uno dice una cosa, otro cuenta otra y en fin que lo vas sobrellevando…y uno va y dice a otro, pregúntale por su padre que murió no hace mucho, a ver si así se anima a entrar en la conversación y habla algo… Así que va el otro y pregunta, «oye, Fulano ¿ de qué murió tu padre?» y el jodío paró un instante de masticar y dijo «¡de repente!» …y siguió a lo suyo, tan callao. 

Lo repite un par de veces, haciendo énfasis en el «de repente» y mirando a ver la gracia que me hace… Levanta una mano sobre los dulces, duda un poco, coge una figurita de mazapán y se la lleva a la boca.

El humor y los humores

Hemos ido al dentista, pero tenemos que volver dentro de una semana (No, no voy a contar los detalles escabrosos). A la vuelta estaba ensimismado y he tenido que repetirle las instrucciones varias veces

-Pablo, ¡Tienes que quitarte la gasa de la boca para comer! –

Va al baño, se la quita y empieza a destapar la caja de las gasas para ponerse otra

– ¡Que no! Que ahora vas a comer algo y que no puedes comer con la gasa

-Sí es que me hablas tan deprisa que es como si me hablaras en ruso – se sienta enfrente de la comida y suspira-

-¿Estas desganao?

-Es que me escuece mucho la lengua?

-¿Nada más que un flan, entonces?

-Bueno, uno detrás de otro…-se ríe, nos reímos- ¡Es que me pica!… ¡Y eso que a mí no me pica ningún bicho!…En una «simientera»(temporada de siembra) que estuve trabajando en una finca,  había muchas pulgas y estaban tós, ¡Uuuh! comíos a picaduras y yo ni una…Y uno va y me pregunta, ¿y a ti qué, no te pican? Y yo le digo, ¡mira! y me quité la faja, que entonces se gastaba faja así enrollá a los riñones y oye ¡Cayeron pulgas muertas! Se conoce que mis humores, el sudor o la sangre son veneno para los chupones
Nota1: Se ha comido tres flanes y se le ha olvidado el «picor» de la lengua

Nota 2: En la vida real, las pulgas son más pequeñas que en este dibujo

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-No sé si voy a saber soplar. ¡Qué deprisa pasa el tiempo!…O qué despacio..No sé. Se me hacen tan largos los días de invierno…

-Venga, ¡sopla!

img_20170125_161223651.jpg-¡Uy! A la primera, mira..

-¿Has pedido un deseo?

-¿Qué voy a pedir yo ya? Que venga San Pedro y me lleve…

-¡A ver si se va a presentar ahora y nos fastidia la fiesta!

-Si la has preparao muy grande la tarta…¡Hay para convidar!

Atracones navideños

En el dibujo, junto a Pablo, están Michelle, Bruno, la Chata y enfrente Rosa con el pelo naranja, también estábamos J… en la barbacoa y yo haciendo la foto; porque hoy hemos hecho una celebración improvisada de fin de año 2016. Cada uno ha traído algo de comer y todos algo de beber. Como estábamos contentos, Michelle ha dicho que estos momentos hay que agradecerlos y ha dado gracias al aire y a todos nosotros. Pablo, de vez en cuando dejaba de comer y cantaba un villancico: 

» He visto un perro volaaaaar y una torre andar a gatas y en lo más hondo del mar un burro asando patatas…Ande ande ande la marimorena, ande ande ande que es la Nochebuena»

También estaba el sol que brillaba mucho y calentaba y el cielo azul y la hierba verde. Vamos, que parecía una fiesta hippie. 

Pablo se ha dejado llevar del entusiasmo y el espíritu de estas fiestas y ha comido y bebido mucho. Cuando hemos llegado a casa,  a la caída del sol, se ha metido en su cuarto a descansar un poco y se ha quedado dormido y al despertar ha debido volver a sentir hambre pues he visto que ha acabado con los restos: dos o tres trozos de queso, medio paquete de turrón, un trozo de tarta de almendras y tres polvorones…Me ha dicho que eso ya merienda/cena, que «si eso» con las pastillas, un vasito de leche y magdalenas…