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Serpientes de verano

Han venido a vernos este finde, la familia SJ. Hemos hecho muchas cosas juntos; leer cuentos, hablar en la terraza hasta las tantas, comer en el huerto y hasta un baño de barro mientras regábamos (si fuéramos artistas lo llamaríamos «performance»)…El domingo se fueron al mercadillo y vinieron con una enorme serpiente (no os asustéis que es de plástico!). Cuando E…… nos la enseñaba, Pablo:

-Como esa…o mucho más grande era la que estando yo tumbao en un chujardo, que teníamos hecho así bajo unos riscos pa guardarnos del mucho sol o del mucho frío, mientras echábamos la merienda… ¡Pues que me echo a de ver que hay una culebra!…Enroscá allí, encima de mí, entre la paja y las piedras…Asi es queee, ni corto ni perezoso, avivé un buen fuego que preparé así, con ramas y hojas pa que hiciera humareda y subiera bien alta la llama…y saliendo deprisa del chozo…enseguida oí cómo sonaba mientras se churruscaba…Como yo sería bien chico, no tanto como tú, pero un mocete…pues se me hizo todavía más grande de lo que era… así como un dragón de esos que vuelan en las fábulas…Pero si, ¡mas grande que esa pué que fuera!

Los recados de los otros (días de vino y homenaje)

-Pablo, hoy te voy a decir yo una cosa que me han pedido que te cuente

-¿Quién?

-Pues así es el retrato que me ha salido. Se llama Magdalena y vive en tierras gallegas

-Yo creo que no la conozco…y ¿qué te ha dicho?

-Pues, además de mandarte abrazos, me ha dicho que te diga que el cuento ese que me contaste de los tres mosqueteros, lo escribió un hombre que se llamaba Auguste Maquet pero que el mérito se lo llevó otro que se llamaba Alejandro Dumas que era más famoso y le gustaban mucho las fiestas y beber con los amigos…

-Cosas que pasan…En el pueblo había uno que le llamaban Juan «el calero»… Vendía cal…Era muy trabajador y buena persona pero pasaba, que tenía mucha sed siempre y cuando nació su nieto se trajo, yo creo que desde Santa Olalla, una buena garrafa de vino, pa celebrarlo, pero ¡llevaría otra dentro!…Y ná menos que al entrar en la plaza, llena de gente que estaba, se cayó y se rompió la garrafa…y el hombre ¡Cómo iríe de borracho ya! Se tiró al suelo a beberse el vino que quedó de reposo en un charco…Es que antes no estaba asfaldao ni ná…

Y ¡cómo se reía la gente al verlo!… No era malo, es que no lo podía evitar, decía que era muy amigo del Cristo de Valdelpozo y vivía por allí, cerca la ermita…¡Le echaba unos piropos! Con decirte que su mujer, cuando le oía dar voces así… Carmen se llamaba…viendo que venía borracho, le abría la puerta del corral y le cerraba la de casa, pa que se quedara allí en el patio a dormir la borrachera – se ríe – …Y cuentan, yo no sé si será verdad, que una noche se cayó redondo al lao de la guarra, osea en la pocilga…y que se le oía decir: «date la vuelta Maricarmen que te huele mal el aliento»

-No me parece que tenga que ver con lo que yo te estaba diciendo

-¡Y yo qué sé lo que me estás diciendo!

-Pues que hay mucha gente que te envía abrazos, desde los lejos

Isabel, que hace fotos de la naturaleza

y Carlos con su estaca clavada

Laura, que guarda monos en la despensa

Laacantha que sabe un porcionao de arte y filosofía

la nati, que es una (extra)ordinaria

juan, que ha visto Blade Runner

luna, que no va al cine pero sabe dónde se ponen los acentos y las comas

evayesme, que se están leyendo la odisea

Daxiel, que lo dice en verso

Cristina, que es una aventurera concienzuda

Ana, que nos ha nominado para los óscar blogueros y(así) decimos gracias

Aileen que está activando lo de la telepatía

Eladio, que está comiendo un dulce de canela y ajonjolí

whatgoesaround, que le apasiona la música y tiene discos redondos

Eva, que se descubre en secretos que brillan bajo tierra

Carlos, que da la hora si le preguntas

Úrsula, que mira atentamente a las lagartijas

– Esos son los que, últimamente, te han enviado abrazos, pero hay muchos más

– Si tú lo dices… será verdá… Bueno tú…a to el que te pregunte por mí…le das recado

-Así haré (*pido disculpas a los no nombrados y mando también recado de Pablo, para ellos)

Hoy no le apetece pasear y se concentra en otras cosas

Se le ha salido la hebilla al manipular con ella y lleva un rato forcejeando, pero a pesar del esfuerzo, no pierde la paciencia.

– Pablo, ¿què no véns a una volteta?

– Pues en este instante, no

– ¡Ai quin home!, si amb aquest aire que bufa, no hi ha forma d’anar arreglat…-la mujer dirige hacia mí su charla sobre los tipos de viento y sus horarios – ¿Sabes tú cómo llamamos aquí a este aire? …Llebeig, le decimos llebeig…pero luego se calma y el trobem a faltar a l’hora de dormir…

Pablo consigue ajustarse el cinto a su gusto y se sienta trabajosamente

– Yo ya me quedo aquí, ya no soplo más

– Aaaale pues… –

La mujer se va y Pablo se queda mirando a unos pájaros que se posan en los cables de la luz

– Lo llamemos como lo llamemos siempre acude – dice enigmático

Después mueve el bastón en el suelo y encuentra algo debajo del banco y lo arrastra hacía afuera, me lo señala

Vuelve a golpear con las dos manos y lo lanza con tan buena puntería hacia los arbustos que desaparece de nuestra vista.

– ¡Al hoyo!

Durante la investigación para averiguar la procedencia de su mote, nos ponen al tanto de que China emerge como superpotencia y de otras tribulaciones

Pablo, cuando algo no sabe o no se acuerda, inventa una explicación para que no le pregunten más o para poner en orden sus ideas. No le gusta tener «lagunas» y aparenta que no las tiene. Le pregunto por el origen de su mote en el pueblo de Toledo donde nació y me dice

– Me llamaban Morero porque mi bisabuelo era de Mora de Toledo

Le digo que no, que los de Mora de Toledo se llaman «morachos», que lo he mirado

– Pues ¡¿qué sé yo?!

– Le voy a preguntar a tu hermana ¿Te parece?

– Bueno, si es tu gusto…pero aturde mucho la cabeza con tó lo que habla

Llamo:

– Hola Á….. ¿Qué tal?

– Pues estupendamente, yo siempre estoy bien y hago lo que quiero. Acabo de venir de un viaje a China

– ¡Hala! Y ¿cómo es China?¿Has visto muchas cosas interesantes?

– Pues que está llena de chinos ¡Jajajaja! Y son los que van a invadir el mundo, son los siguientes que se van a hacer con el cotarro, pero no son combativos, son muy pacíficos, que nos lo decían los guías, es que como el viaje era por la Comunidad de Madrid y éramos todos mayores, pues nos tenían con un buen apoyo técnico y nos iban explicando todo, que la muralla la hicieron para que no les invadieran los mongoles, que esos sí que eran guerreros, pero que los chinos son muy pacíficos, ¡ya te digo! y se pasan el día comiendo; a todas horas hay gente comiendo ¡Unas cooooosas! ¡Bichos fritos! Arraclanes y ciempiés y cosas así…Yo desde luego no probé nada de eso, yo lo que daban en los hoteles, que estaba todo concertado y era comida «normal». Mira te voy a enviar una foto por guasap para que me veas allí

…la de negro es mi amiga R…, que tiene una marchaaaaa…¡No para de viajar! El año que viene ya tengo reservado para ir con ella otra vez, pero nos quedamos en Europa, a Escocia…

– Pues yo te llamaba por lo del mote de Pablo, Morero…que ya sabes que estoy escribiendo las cosas que me cuenta de su vida

-Pues sí, me lo has dicho, pero yo no lo miro…a mí las cosas tristes no me van…y por eso no le llamo tampoco, porque me da angustia que esté así…No sé que pensaras tú…no quiero que pienses: «¡Cuidao su hermana, que ni le llama!» Pero es que yo no puedo con la enfermedad y ese trastorno de cabeza que tiene…Es superior a mis fuerzas, prefiero recordarle como era antes…No sé que pensarás tú

– Pues nada, que por qué le llamaban Morero y a los demás de la familia no. Que él dice que es porque su bisabuelo era de Mora de Toledo

– ¡Qué va a ser de alliiiii! Noooo, todo lo más, la familia de la abuela Faustina que dicen que venía de Galicia y por eso ella tenía esas cosas y estaba siempre gastando bromas a todo el mundo. Lo que fue, es que la familia hasta el abuelo Petronilo se apellidaba «García-Molero», así de rimbombante y compuesto, pero a partir de mi padre, yo no sé por qué sería, porque no tendría ganas de escribir el secretario, o lo que fuera, ya le apuntaron sólo con el «García» ¿Qué pasó después? Pues que cuando nació Pablo, que era hijo del pecado, como se decía antes, ¿A que eso no te lo ha contao? ¡Que cuando le tuvieron a él no se habían casao!…Total, que le apuntaron en el registro con «García-Molero» como su abuelo…Y cuando se enteró mi padre, como era un bruto, pues allí que fue con una vara, amenazando para que le dejaran el mismo apellido que a él, que para eso era su padre y que si a ver si se iba a creer la gente que no le quería reconocer. Eso lo contaba luego muchas veces (*pone voz de hombre enfadado) «Tuve que ir con la vara pa que me hicieran caso…», decía. Así que consiguió que le dejaran con el «García» a secas…¡En los papeles!, porque en boca de la genteeee, aquello fue tan sonao que se quedó con Molero…y como ya sabes que las palabras se van deformando, de Molero pasaría a Morero porque con «Morero» se quedó, pero los demas hermanos que fuimos naciendo después…pues no nos dieron ese título, jajajaja ¿A que no sabes que M…. ha tenido un bebé? Bueno, él no, la rusa con la que vive, pero por inseminación artificial, porque él con el estrés que tieneeee…

-Bueno Á….., eso cuéntaselo a Pablo que está aquí a mi lado

Le pongo el teléfono a Pablo y se hace como el que no entiende, ni oye…Se despide y me lo da…Ya no hay nadie al otro lado de la línea

– Se ha cortado ¿Vuelvo a llamar para que te cuente?

– Que ya te he dicho que me pone la cabeza loca…Cuéntame tú si quieres lo que te ha dicho o déjame en paz

Le cuento lo de su padre con la vara en el Registro

– Ahora que lo dices, eso también se lo he oído yo de decir…Pues algo así sería entonces

Es de seda

Ayer, en el parque, se sentaron a nuestro lado Vicenta y Margarita y después de alegrarse mucho de ver a Pablo y echarle algún piropo, le preguntaron por el pañuelo que lleva al cuello

– Y ese pañuelo ¿de qué es? ¿De comunista?¿Eres comunista? ¿Es de los Sanfermines?¿Te has ido allí a correr? jajajaja…Di ¿de qué es?

– De seda, es de seda – dice Pablo y se calla

Ellas ríen y aplauden la respuesta

-¡Ai quin home aquest! Sempre diu la veritat de les coses … i què maco! …com Pedro Sánchez, has visto que ara governen els socialistes? A mi m’agrada molt aquest noi (*Ay, qué hombre éste, siempre dice la verdad de las cosas…y qué guapo…como Pedro Sánchez, ¿has visto que ahora gobiernan los socialistas? Ame gusta este chico)

– A usted le gusta porque es guapo -dice Margarita, sonriente – Pero van a hacer lo mismo que los otros, llenarse las alforjas…¡ya verá usted! Y los pobres, nos quedaremos pobres, ningún gobierno nos va a sacar de eso… Siempre es lo mismo, en mi país y aquí…

-¡Ay no em diguis que tot és igual!…jo vull creure que està sent guapo per dins també…Di tú alguna cosa, Pablo (*¡Ay, no me digas que es lo mismo!…yo quiero creer que es guapo por dentro también!...di algo, Pablo)

El pañuelo es de seda porque me hace mejor al cuello que una soga… – se retoca el nudo – Es rojo…bonito también y por eso lo llevo…De lo demás, veremos…¡Veremos! y que dijo el ciego…

No me conoce ni mi madre

Hoy hemos ido a ver a la doctora para consultarle sobre los cambios que están sucediendo, aceleradamente, en el cuerpo y el ánimo de Pablo. Pero en su lugar, hoy, hemos encontrado a un doctor

– ¿Qué me cuenta? ¿Qué tal está usted?

– Yo no tengo ya ná que contar

Y al salir de allí…

-Yo no sé porqué me has traído aquí, si éste no me conoce de nada… Bueno, ¡no me conoce ni mi madre!…Parece que la estoy viendo…Se sentaba a coser en la puerta de casa…

Y cuando fueron una vez en mi busca, pa pagarme unas peonadas de trilla que había estao haciendo en una casa de labor…»¿Es aquí donde vive Pablo García?» y que preguntaron…»Yo no conozco a ninguno con ese nombre», va y dice…»Pero señoooora, si desde el puente me han señalao que aquella mujer que allí cose, es la maaadre…

Y que se llevó las manos a la cabeza – hace él ese gesto- cuando se echó a deber que no se acordaba de mi nombre ¡Como tos me llamaban Morero!…- sonríe – Ahora, si me viera, tampoco se acordaba…ni me conocía

De trabajo en tabernas y escapismo nudista (en el río aquel)

-¿Qué tal estás? ¿Qué piensas?

– Ná, mi padre, que cuando volvía de noche de trabajar…me hacía que me quedara en su puesto en la taberna, que es que él tenía que madrugar, me decía…miá tú, «madrugar pellejero, que salía el sol y decía que era un lucero»…y allí aguantando hasta que se quisieran ir…

A mí no me gustaba la taberna…En Villarejo, (*el pueblo donde se fue a vivir al casarse) en seguida la quité y dejé sólo la tienda (*una tienda de ultramarinos que atendieron durante sus primeros años de matrimonio, antes de emigrar a Madrid) …Y los domingos dejábamos cerrao y nos íbamos al río ¡Uy, cómo le gustaba a Pili el agua! – Me señala la pared donde está la foto de él y su novia de jovencitos- Y en ese tiempoooo, las mujeres no se bañaban, acudían al río a lavar la ropa, pero ellaaas… ¡vestías!… sólo los hombres y los niños jugaban en el agua…

Nosotros es que nos metíamos en lo escondío, entre los riscos, teniendo buen cuidao de que no nos alcanzara a ver nadie…y que tampoco había bañadores – se ríe-

nosotros, desde luego no gastábamos

Las cargas de leña

Veo a un hombre que carga y coloca troncos cortados de naranjo sobre un camioncillo rojo y saco el móvil para hacer unas fotos robadas; pero nos ve, se detiene en la tarea y nos saluda. Le pregunto si puedo hacerle una foto y rápidamente salta al suelo y posa sonriente. Luego me cuenta que ha tenido que talar muchos árboles porque están malos y teme que se contagien los otros. Me dice que conoce a Pablo desde hace mucho y que siempre le ha parecido un buen hombre y dirigiéndose a él le habla de las dificultades del campo

– ¿Verdad Pablo? Si no es la mosca, es la goma y si no el piojo y si no los intermediarios…Pero siempre se quedan otros con la ganancia y nosotros con el afán

Pablo mira abstraído hacia la carga y no parece estar allí. Me despido del leñador y seguimos andando de regreso, muy despacio. Después de un rato se para a descansar en un poyete del camino y

– Esa leña que lleva enseguida arde…Es mejor la de encina y olivo que se da por mi terreno… pero aquello ya pasó…hace mucho que no voy por allí… se me van las cosas de la cabeza…¡Cuidao las cargas de leña que habré llevao yo!

Pepita sabe cómo arreglar lo del paro

Veo a Pepita en su puerta, que me hace el gesto para que me acerque

– Mira, no hago más que darle vueltas a esto porqueeee: aquí dice que gasto de agua son doce’uros y empiezan a sumar cosas que no sé lo que son y me cobran cuarenta y nueve’uros. Y ¿eso por qué? ¿Tú lo sabes?

– Por la depuradora y el servicio de llevar el agua a las casas y el…

– ¿Cómo que llevar el agua a las casas? ¡Ni que tuvieran que traerlo en burro! ¿Y la depuradora,no nos lo había cobrao ya el ayuntamiento?

-Será el mantenimiento

-¡Será que son unos ladrones!…y mira cómo tienen a la gente, tos en el paro, con lo que ganan ellos, que lo dicen por la tele y tó, que ese de las tiendas de ropa, ¿lo has visto?, yo no sé cuantísimo dinero gana y los de los bancos…Mira, si a mí me dejaran a cargo del gobierno ¿sabes cómo lo solucionaba? Pues obligando a esos que ganan tanto a dar empleo a la gente…Yo no digo que den limosna a nadie, yo digo que los pongan a trabajar y a ganar su sueldo ¿No son capaces de ganar tanto dinero? ¡Pues que ganen un poco menos y hagan más empleos! ¡Que tienen a los chicos jóvenes sin trabajar! Mis nietos se tuvieron que ir a la Inglaterra esa… Que no están bien tampoco, pero que tienen trabajo y allí se han quedao…Vienen luego en el verano y… ¡Mira!, pasa que te enseño la labor que estoy haciendo a ganchillo, para cuando vengan…¡si yo no paro!…Si no fuera por la rodilla que me dueleee…¿Y Pablo cómo está? ¡Ay el pobre! Con lo que era, que estaba siempre en danza de un lao pa otro…y ahora ¿ qué dices, que no tie gana de comer? Pues a mí no mesequita, la gana – se ríe – Anda vete ya, que te estoy entreteniendo mucho…

la alemana del bar Trankilo

– No estoy muy católico, déjame aquí en mi rincón observatorio, déjame tranquilo

– Vale, pero acompáñame a la farmacia por lo menos

– Bueno, te acompaño – hace como esfuerzo al levantarse animándose con la voz para impulsar el cuerpo – ¡Aaaaarriba! – da vueltas con la mirada buscando algo – ¿Dónde coño está la gorra?

– En la cabeza

Se lleva las manos y se la coloca.

Ya saliendo de la farmacia, le propongo volver dando una vuelta por el parque

– Venga, así no volvemos por el mismo sitio…y mira, allí en aquel banco a la sombra, me parece que veo a tus amigas

– Uy, mis amigas, si no salen nunca… serán los chavales…- pero se le anima el paso y va mirando a ver si distingue de quién son las cabezas que se ven a lo lejos.

– Hola Pablo ¿Qué alegría verte? Que he oído que te has caído… Siéntate con nosotras

– Miga, egstaba contando que ayeg, sentada en el baño vi unas pequeños animales que se movían pog el suelo y gápidamente – hace el gesto de coger un pulverizador y usarlo hacia unas hormigas – las eliminé a todas, pogque no quiego que viva nadie en mi casa, me gusta mucho estag sola…y también me gusta estag aquí y hablag con mis amigos, clago, clago…Y entonces ¿te has caído? Pego no te has hecho mucho, no te pregcupes, que todos nos caemos, lo que hay que haceg es levangtagse y seguig vivos…

Seguimos todos atentos al monólogo de la alemana y en un hueco entre palabras logra Vicenta hablar y se dirige a Pablo

– Pablo, ¿què hem de fer per no arribar a vells?

– Morir

– ¡Jajajaja, ai quin home!

De regreso a casa me explica que esa que hablaba tanto era la alemana del «Bar Trankilo», que ahora lo lleva su hija, el bar y que, aunque hablan alemán, se las entiende perfectamente…si estás atento, porque son muy simpáticas