Cuando le pongo el pastillero en la mesa casi siempre se alegra y las va tomando con sus manos como el que elige una golosina, por colores
-Primero esta azulita. – se la lleva a la boca que abre exageradamente para meterla en el gaznate – Luego esas dos pequeñas…¡Cuántas medicinas nos dan ahora!…En otros tiempos la gente se moría, los niños sobre tó, porque había muchas fiebres malas y los curanderos poco sabían curar, no siendo una torcedura…yo me torcí un tobillo y me lo arregló una curandera muy buena, que decían que era una bruja…
Pero las «pelicilinaaas» sólo las podían comprar los ricos y las traían de la parte de América…Hasta salió una película…de un hombre gordo que se subía a una noria muy alta y queee…ya no me acuerdo, tararararán tarán (*tararea la música de «el tercer hombre»)
…ya no me acuerdo
Levanta la taza con cuidado y, para evitar el temblor, coloca los codos apoyados en ese cuerpo consumido y exhausto pero todo él concentrado, como un equilibrista en sus pasos sobre un cable, como un Jedi en la fuerza, como una planta en su fotosíntesis
Jajaja, qué bueno, y qué rápido… Pero oye… ¿esto no será una entrada antigua? Espero que no. Bueno, lo digo porque el principio con lo de las pastillitas de colores y que parecen golosinas y que le divierte el asunto ya lo habías explicado. El resto no estoy tan seguro. También me suena lo de las medicinas y los pobres… Geniales las ilustraciones, la de la curandera y el caldero, y la de la noria me parece sencillamente magistral, menudo artistazo.
Gracioso lo del Jedi y la fuerza y las plantas y la fotosíntesis. ¡Reto superado!
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Ya hemos tocado el tema de las pastillas varias veces(es una de sus obsesiones. Algunas veces se rebela contra su «largavida» y a continuación pregunta por su ración de pastillas. Algún día haré un estudio sobre eso: nuestra relación con las drogas😁), pero la entrada es nueva nueva, para cumplir el reto, 👉en tu honor!👈
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Bien, bien… es verdad, que habías mencionado lo de la obsesión por las pastillas. Pues gracias y el honor es mío, que me sigas la corriente. Ciao.
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Cuando era pequeña me «reía» de mi abuela por todas las pastillitas de colores que se tomaba antes de comer, casi más que comida. Y también me parecían chuches.
Las historias de Pablo siempre me gustan y acordarse de la música del Tercer hombre no es ninguna tontería.
Hoy te tengo que felicitar especialmente por tus dibujos: son magníficos. De verdad.
Y también por el último párrafo tan lleno de gracia, inteligencia y sensibilidad.
Un abrazo enorme, Note
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El «tono» de las canciones es lo que más queda en el disco duro, se ve que hacemos copias en muchas carpetas. Hay personas con Alzheimer muy avanzado, que no «conocen» a su familia pero son capaces de tararear y a veces con letra incluida, canciones infantiles o coplas que aprendieron en su primera juventud. Muchas gracias Eva, verdaderamente me esponjas con tus palabras 😊😗
Me abrazo a ti
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Oh mundo de pastillas y colores,
parte son de nuestras vidas.
También por lo que veo lo son de la vida de Páblo.
Con éllas vive a caballo
entre el insomnio y la euforia:
Como condor enfermo volando bajo.
Un abrazo.
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Vuela bajo para tomar impulso
con ayuda de las pastillitas, claro!
Justi, venga ese abrazo!
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«Levanta la taza con cuidado y, para evitar el temblor, coloca los codos apoyados en ese cuerpo consumido y exhausto pero todo él concentrado, como un equilibrista en sus pasos sobre un cable, como un Jedi en la fuerza, como una planta en su fotosíntesis». Así quiero estar, si llego a mayor. Sobre todo como un equilibrista. Porque lo de agradecido hasta para tomarse las pastillas, será cosa de volver a nacer… Ya se ve: Pablo es un bien nacido. Ah, sí, si no fuera por el doctor Fleming muchos ya no andaríamos por aquí. Gracias también a él. Ps, ¿hizo frío de madrugada y después calor a mediodía? Lo pregunto por la mezcla de rosa y azul cuando Pablo se toma el agua de la taza. ¡Queremos saberlo todo todo!
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Así estarás, plena de equilibrio y concentración, fijando la vista y la mente en todo lo que haces, todo lo que lees, todo lo que interpretas y comprendes(todoloquehayenelmundo) los colores, los sabores, el tacto y el olfato
y con el oído presto
al trino de los pájaros y a los cambios de sentido del viento.
Abrazos, Laura
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Ojalá. Y tú que lo veas. Abrazos.
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» Lo único bueno de las enfermedades es que te enseñan lo que realmente importa en esta vida.» Un abrazo de apoyo para Pablo . Mil agradecimientos para ti por contar esas historias , tocando lo más sensible y dandonos por entender lo que es más importante en esta vida.
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Yo te agradezco a ti esos abrazos, Laacantha querida y me uno a ellos
porque los siento reconfortantes😗
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Por lo que veo, en todos los pueblos se repite la historia: a mí también me trató
una torcedura un curandero; aunque me inclino por creer que se curó sola. En Galicia se le llama “albeite”, que también significa veterinario.
La música es el mejor remedio para curar un mal. ¿Le gusta a Pablo? ¿Tiene alguna preferencia?
Vaya variedad de estilos pictóricos… ¡Menudo artista!
Un abrazo compartido.
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A Pablo le gusta el folklore popular, las canciones y chascarrillos que se «inventaban» durante la recogida de aceituna, la siega, el arado(éstas más tristes y solitarias) También la copla que se escuchaba por la radio, el tango(a veces, cuando estamos reunidos y nota un silencio, canta esa de «silencio en la noche ya todo está en calma, el músculo duerme, la ambición descansa») También canta canciones de «guerra» («yo soy socialista revolucionario» ) y canciones de películas que vio con su novia de formalidá(yo te diré porqué mi canción te llama sin cesar) …y hasta religiosas(aunque él no lo es, dice) Aquí puedes oír su voz: https://darecadodemi.wordpress.com/2016/11/17/cristo-de-valdelpozo/
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No es fácil escribir tan breve y acertar siempre en los detalles -esto es, en lo fundamental-, detalles que lo explican y lo iluminan todo. Como tus dibujos.
(Galiana, Lidia Castel, Manuel Cerdá… supongo que serán algunas de tus últimas lecturas…)
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(es un pequeño homenaje bloguero a esos valientes que se atreven con la autoedición) parece que sólo tú (uuuu) has leído entre líneas. Gracias 😊
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Aquí llevo un rato sin palabras, pensando en el Okal de mi abuela, en la penicilina que entraba de extraperlo por Gibraltar, en las curanderas que curan las «culebrinas» , en el gran mundo de la farmacopea… y mirando hipnotizada a nuestro Jedi fotosintético y equilibrista 😀 con sus chuches de colores y sujetando esa taza tan especial para mi 😀 ¡¡ Oh Note!!! ver mi garabata sujeta en las manos de nuestro querido don Pablo me ha emocionado mucho !!! 😀 me ha encantado tu regalo 😀 Muchas gracias de corazón por esta sorpresa tan bonita 😀 por alegrarme la mañana con tu cariño, con tus letras y con tu fantástico arte 🙂 Besos grandes y dos abrazos enormes a repartir.
P.D. : Por cierto, mi ¿curiosidad? ¿paciencia cognitiva? 😉 ha encontrado en los lomos de los libros nombres de autores familiares 🙂 aprovecho y les mando un saludito 🙂
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Caramba! Creí que sólo Maderadebloj se había dado cuenta, pero también tú con tu mirada viajera has reparado en el detalle. Ese abrazo y los besos😊😗😗😗
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Me encanta😜
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Se acuerda de Harry Lime y su pegadiza música en blanco y negro. Buen carácter a la hora de
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… mejor dicho, buen humor a la hora de las golosinas de farmacia ✋
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Es una buena persona 😊👋
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Se nota 👍
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¡Y el primer dibujo son chuches! Jajaja, en eso no me fijé ayer. El detalle del fondo de la taza sí que lo vi. Ahora veo en uno de los libros «Lídia Castro». Jajaja, qué detallazos te marcas.
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Y hay muchos más (que no me cabían en la estantería 😁)
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Tengo que bloguear más, maldita sea.
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La que canta Pablo no la conozco. (¡Qué buena voz conserva!) Pero “Meciendo una cuna”, me la cantaba mi abuela y lloraba a moco tendido.
¡Madre mía, qué tarde se me ha hecho…! Menos mal que mañana no tengo que madrugar.
Felices sueños a los dos.
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La letra completa es:
Cristo de Valdelpozo
hermoso retrato
regálanos el agua
para nuestros campos
el río se seca
la fuente no mana
las pobres ovejitas
se mueren de gana
Y hoy hemos dormido muy bien, debe haber sido por tus buenos deseos
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Buenos días, Note. Mi madre le llamaba caramelos y las tomaba siempre por el mismo orden.
Los años corren que vuelan, ahora soy yo la que ha cogido el relevo, ya empiezo a poner mis caramelitos por la mañana en el plato de las tostadas.
Juventud, divino tesoro.
¿Te vas? Para. ¡ No ! ¡¡ Volver !!
Un placer como siempre leerte, Note.
Besiños palmeiráns.
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Y que no falten!
Esas «penicilinas»
El desayuno de los campeones😉
Un montón de cariño 😊😗
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Reto superadísimo. Aparecen las palabras, muy bien integradas, sin irte por las ramas y con una de las anécdotas de Pablo. ¡Ole y ole!
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Algo se me habrá pegado de leer los tuyos😉😊🙌😘😘
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Ja, ja, tú también siempre tienes una buena respuesta 😉 🤗
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Muy buenos tus dibujos ser, joven padawan. Sobre todo el detalle de ponerle un gato a la bruja…
Ah! Mucho cuidado con las pastillas azules. Jaja!
Saluditos! 😉
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No tan joven, estoy repitiendo curso…
Será por las pastillitas que me distraen mucho😉😊😗
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A mí también me curó un codo un señor del pueblo que no usaba penicilina. Luis el Colorao, le llamaban… No creo que fuera brujo, quizá sólo tenía mucha intuición y sabía recolocar cosas o dar masajes sin haberse formado como médico ni enfermero. Quizá yo era cadi una cría y estaba sugestionada por lo que me habían contado de su don.
En cualquier caso, Pablo siempre acaba recordándome a alguien de mi pueblo o algo que viví allí.
Muy a menudo es mi abuelo en quien pienso cuando leo a Pablo a través de ti. Tu blog es mágico para mí, es algo así como un hogar que he descubierto hace poco pero siento mío y conocido de toda la vida.
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Qué cosas más bonitas dices, Nati
Qué suerte tengo de tenerte aquí y que te sientas como en casa. Ven que te saco los buñuelos de calabaza y el chocolate 😊😗❤️
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No sé si será por el efecto de las pastillas, Note, pero he alucinado mucho con la entrada. Serán esos colores atómicos con que iluminas a Pablo bebiendo? Será la forma tan potente de terminar el relato, me has emocionado, de verdad, con el último párrafo, en si mismo, un grito de amor, (al menos, así lo he leído yo). Un abrazo enorme
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Y qué bien me lees!
te abrazo
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Con esa taza tan chula, hasta las pastillas deben saber a gloria bendita. Conocí a un curandero muy bueno, de los que no cobran y recomponen el cuerpo con primor. Antes la medicina habitual era guardar cama. ¡Que no es que te la fueran a robar! Y además del aguardiente de hierbas, la miel, la quina, la aspirina y el ponche de leche y huevo, sólo aplicaba el descanso y la paciencia. Un abrazo.
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Viva Pablo!
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