el miedo a que el cielo se te caiga encima

-Y esto…¿Lo has comprao tú o te lo han dao en la Seguridad Social?

-Lo hemos comprado nosotros, Pablo

-Pero, los frenos ¿dónde están?

-Se frena cuando te apoyas

Va cada vez más de prisa con el andador y le tengo que sujetar para que no se «lance»

– No vayas tan deprisa ¿No tienes miedo de caerte? Vamos a parar en ese banco. Y mira, también te puedes sentar aquí cuando te canses

-Ahora que dices de miedo, me he echao a acordar del tío Roque…que cuando había una nube, se subía en una silla y encima de una mesa, pa que no le alcanzaran los rayos

Y fíjate, era carpintero y hacía lo de montar las ruedas de los carros…Se pone en un torno redondo, osea el hierro, y hay que irle juntando las dos puntas…y unos chirríos y unos golpes con el martiiiillo…eso sí que era aguantar ruido. Pero en viniendo del cielo, ahí le tenías, encogío por los truenos…Hay mucha gente antigua que tenía miedo de las tormentas, pero un miedo hondo, de los que no se alcanzan a quitar…

– Y tú, ¿no tienes miedo de que el cielo se te caiga encima?

Me mira desconfiando de mi pregunta

-¡Será al reves!

-¿De caerte tú en el cielo?

– ¡A ver!

40 comentarios en “el miedo a que el cielo se te caiga encima

  1. justi

    Me gusta tu diálogo con referencias al cielo.
    Bonito es subir al quinto cielo, subida deseada por todos , por más que nos falten escaleras o tacones para alcanzarlo.
    Como encantador es que el cielo baje a la altura de los cuerpos cuando se aman.
    Otra cosa es, tràgica, que el cielo se nos desplome encima.
    Me encanta eso de “poder frenar cuando te apoyas”. Cuàntos golpes se evitarían..,miraré si Amazón lo sirve gratis de portes.
    Un abrazo.

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  2. tecuentodeviajes

    Vaya respuestas que da nuestro don Pablo 🙂 a cuadros me deja 😀 . Espero que le/os vaya bien con el nuevo artefacto 🙂 cuidadito que no tiene airbag 😉
    Preciosas las ilustraciones, y muy molona esa camiseta 😉 Dos abrazos grandes y muchos besitos a repartir.

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  3. Luna Paniagua

    Anda, mucho mejor que con la silla, ¿no? Me fascina la cantidad de anécdotas que tiene.
    Por cierto, yo también me compraría la camiseta. Dale una vuelta a la idea. Ya que en lo del libro ilustrado (que también me compraría) no me haces caso, a ver si en esto sí ;).
    Abrazotes

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    1. noteclavesilustracion Autor

      Hombre, ya que tengo tres compradores, igual me animo (a lo de la camiseta😁😁)
      De verdad que es increíble la cantidad de recuerdos que enlaza, unos con otros, porque está historia del carpintero de ruedas, es una rueda(😁) que le lleva a otra y otra…yo paro ahí para tener reservas (y para no agobiar con historias demasiado largas😉)
      Esos abrazos y mi cariño, encantadora luna!

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      1. Luna Paniagua

        Ay, lo que te vas a reír. Compré unos de esos, los probé, y vaya chasco, que pintaban normal. Ya sabes por qué, ¿no? Ja, ja, como decía mi padre, de donde no hay no se puede sacar. Luego los pruebo mojándolos, ja, ja.
        Pues te queda muy bien con esos, me gusta mucho 🙂

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  4. palmeiralibre

    Encuentro a Pablo más esbelto. ¿Se debe a las carrerillas con el andador? Y qué bien le sientan los pantalones cortos…
    Mi padre -que no era miedica- sentía verdadero pavor a las tormentas. Si era de noche, se escondía bajo las mantas y desde su habitación me pedía que recitase una retahíla de letanías a santa Bárbara y más santos. Eran otros tiempos. Ahora casi no se dan tormentas. Si las hay, son de pacotilla; como hace un par de días: pequeñas ráfagas de luz, sin nubes -sólo unos hilillos-, sin truenos y con el cielo estrellado. Un timo.
    Una más que se apunta a la camiseta.
    Un abrazo enorme de esta oveja perdida.

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    1. noteclavesilustracion Autor

      Gracias Palmeira, cordera de los santos que te confunden los días, por estos comentarios tan jugosos con sus hilillos de tormenta y su de todo.
      Pues Pablo (no os quiero entristecer) pero está muy regulero estos tres últimos días…Ha tenido ya otras recaídas y se ha recuperado, ojalá también de ésta. Besiños

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  5. Estrella RF

    Me entristece leer tu último comentario, espero que Pablo haya mejorado estos días.
    Y que tenga cuidado con este vehículo que no tiene frenos…
    Recuerdo que, de pequeña, tenía mucho miedo a las tormentas, antes es que todo el mundo las tenía miedo en los pueblos, siempre se hablaba de alguien a quien le había alcanzado un rayo… El caso es que una vez, con mis hijos cuando eran pequeños, de unos tres y cuatro años, hubo una tormenta muy fuerte y les cogí a los dos y nos agachamos en el rincón más alejado de la ventana de la habitación más protegida. En ese momento, pensé que ya era una madre y debería dar ejemplo a mis hijos para quitarles el miedo, así que (de vez en cuando me dejo llevar por los impulsos) nos acercamos a la ventana a ver la tormenta, cuando había un relámpago les adelantaba que íbamos a oír un trueno muy fuerte pero que no pasaba nada… Dominé mi miedo y mis hijos no temen a las tormentas, al contrario, sobre todo a Mónica le encantan.
    Seguro que Pablo es un valiente también, tanto como tierno. Como tú.
    Un abrazo.

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    1. noteclavesilustracion Autor

      Gracias Estrella. Siempre me gustan tus historias. Esta es también muy buena para el post. Lo que siente una madre, la defensa de los cachorros, el miedo a lo que no podemos controlar y/o evitar. Dale una vuelta, que es una historia muy bonita: vencer el miedo para transmitir seguridad. Te reto a que lo escribas😉😊😙😙
      Y te abrazo

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