Lo que, al hablar, dijo uno que prefería estar callao

Se enfrenta al plato de sopa concentradamente y sin prestar atención a nada de lo que le digo 

Le pregunto cómo está tan callado y, sin dejar la cuchara, agarra el tazón para beber directamente de él

Cuando termina, coge la servilleta, se limpia, la dobla parsimoniosamente. Yo retiro los platos y coloco unos dulces a su lado, en silencio; reposa las manos con cuidado sobre la mesa, los mira, me mira y dice

-Había uno, cuando estábamos segando, que no hablaba…Ni cuando nos sentábamos a comer, que parece que siempre uno dice una cosa, otro cuenta otra y en fin que lo vas sobrellevando…y uno va y dice a otro, pregúntale por su padre que murió no hace mucho, a ver si así se anima a entrar en la conversación y habla algo… Así que va el otro y pregunta, «oye, Fulano ¿ de qué murió tu padre?» y el jodío paró un instante de masticar y dijo «¡de repente!» …y siguió a lo suyo, tan callao. 

Lo repite un par de veces, haciendo énfasis en el «de repente» y mirando a ver la gracia que me hace… Levanta una mano sobre los dulces, duda un poco, coge una figurita de mazapán y se la lleva a la boca.

40 comentarios en “Lo que, al hablar, dijo uno que prefería estar callao

  1. Máximo Disaster

    Qué preciosidad: los silencios de Pablo y su reconcentramiento en lo que come y en el doblado de la servilleta (¡disfruto viendo como disfruta de la comida!). ¿Qué diablos le pasará por la cabeza? Porque yo creo que la historia que te cuenta en esta ocasión, note, es para que tomes nota (je, je, yo tampoco me privo del juego de palabras) de que quiere que lo dejes en paz. Bueno, al menos hasta que coge carrerilla y toma la palabra: entonces se viene arriba y «de repente» reclama toda la atención. Por mi parte puntúo tus ilustraciones con un AAA, que tengo entendido que es lo más de lo más (al menos en gama blanca). Y ni se te ocurra quitar ni una A, que te veo venir.

    Le gusta a 2 personas

    Responder
  2. palmeiralibre

    Sí que era de pocas palabras el hombre… A lo mejor, si hablaba, temía perder tajada.
    En cierta ocasión –no hace demasiado tiempo- participé en la vendimia de un extenso viñedo de unos amigos castellanomanchegos. A la hora de la comida toda la cuadrilla -no sé si se dice así- nos sentamos alrededor de un caldero repleto de estofado de cordero con patatas. De postre trajeron una tarta casera exquisita. Era la primera vez que comía “a rancho”, con una rebanada de pan como plato, y me encantó la experiencia.
    ¿Por qué será que todas las historias de Pablo me hacen rememorar momentos vividos? Las ilustraciones tienen vida propia. Y todo lo que Pablo cuenta, deleita.
    Un abrazo enorme y un 2018 repleto de cosas buenas.

    Le gusta a 2 personas

    Responder
  3. lunapaniagua

    Jo, eso de limpiarse y doblar la servilleta en silencio lo hace mi padre. Antes soltaba un ruido con la lengua y decía «qué bien hemos comido», «qué bien se está cuando se está bien» o algo del estilo.
    No tenía ganas de hablar Pablo, ¿tal vez sea mejor dejarlo con sus cavilaciones? Pero da la sensación de que los pensamientos le duelen, ¿no? O que se siente solo allá donde esté. Qué difícil saber qué es lo mejor para él…
    En todo caso bonita historia y muy divertida la anécdota 🙂 Y muy chula la secuencia de ilustraciones.
    Un abrazo

    Le gusta a 2 personas

    Responder
  4. whatgoesaround

    Muy divertida la anécdota y muy chulos los dibujos, yo también te puntúo con AAA y JAJAJA. Quizá no le apetecía hablar, como apuntan algunos. Es gracioso porque efectivamente se puede morir de repente, aunque no sabía que esa podía ser una causa de muerte, jajaja, es genial ese simple juego de palabras -el de Pablo, no el mío-. ¿Y de qué murió? «Pues de un repente». Aunque no sea muy divertido bromear con la muerte. Ahora que lo pienso, sí que utilizamos como lo más normal del mundo la expresión «un pronto», «le dio un pronto», así que le veo cierto parecido.

    Le gusta a 1 persona

    Responder
    1. noteclavesilustracion Autor

      Usa también mucho como causa de muerte desconocida «le dio un aire». Y las corrientes de aire como cosa peligrosa que te puede llevar a la tumba, sobre todo a niños y ancianos. Entiendo que con «de repente» se refiere a que no hubo enfermedad larga ni cuidados, probablemente una parada cardiaca y el hombre «poco hablador» del cuento lo usa para no tener que dar más explicaciones. Muchas gracias por esas buenas puntuaciones, querido Whatgoesaround y que sea un buen año el que empezamos y tengamos mucho que contar y compartir por aquí y en la vida carnal también 😊😙

      Le gusta a 1 persona

      Responder
    1. noteclavesilustracion Autor

      Cuánto me alegra esa virtud de máquinas del tiempo que encuentras en estos relatos. Te diré que tú a mí me tienes en ascuas con tu viaje a Aracena y que de verdad me parece que eres bueno (no en plan recíproco lo digo, soy perfectamente consciente de mis limitaciones, sino con el sentido sentir) Y feliz año, también

      Le gusta a 1 persona

      Responder
  5. Chronosfer

    gosto muito do teu texto porque não é o texto que lê como uma superfície, é um texto em que o mergulho(subtexto) é essencial. e nesse mergulho que muitas respostas e perguntas me instigam o imaginário, meus pensamentos. minha gratidão por estes textos delicados e sensíveis e o meu desejo para 2018 é o de muita paz, harmonia, felicidade e muito mais textos. um grande e fraterno abraço.

    Le gusta a 1 persona

    Responder
    1. noteclavesilustracion Autor

      Um abraço, querido (eu digo muito bem, porque eu aprendi a te amar o que se expressa aqui) Chronosfer, você sabe que eu admiro o que você escreve e a música e a arte que você propõe explorar e por isso agradeço suas palavras gentis e sensíveis. Eles enchem meu coração de ternura. Desejo-lhe um bom 2018

      Me gusta

      Responder
  6. Isabel F. Bernaldo de Quirós

    Desconocía tu blog pero desde hoy te seguiré, no lo dudes. Y si me permites voy a compartir contigo un poema de mi último libro y que se titula «La noche en ella»:
    Dos besos madrugadores
    intentan saber cómo se encuentra.
    -Yo bien, bien…
    ¿Y usted? ¿Y su madre qué tal está?
    -le dice a su hija-
    Sin luna su respuesta.
    ¿Cuándo la noche en ella, cuándo?

    Un gran abrazo.

    Le gusta a 1 persona

    Responder

Deja un comentario