Higos fulminados

Hemos venido a pasar unos días en un pueblo de Cuenca, a la casa de los padres de J…

Pablo se ha hecho un lío, no sabía si enfadarse porque le hemos movido de su rutina o alegrarse porque está con gente de su generación y puede contar sus cosas y hacer como que presta atención a los otros.

-Mira Pablo qué higos más ricos tenemos aquí. Estos son árboles del ayuntamiento, podemos coger si queremos

–  ¡Buah! Estos son muy pequeños, pa higos buenos los de mi higuera, que la tengo injertá y da higos de tres clases…¡Esos sí que son gordos y dulces! Estos se nota que están «fulminaos«. Porque fíjate, ni siquiera los pican los pájaros. Aquí no hay ni pájaros, de la sequía que tenéis

-Tú prueba y verás qué ricos

– ¡Uy!¡Se me hace como  que oigo campanas!

– Sí, son las que dan las horas. Y mañana domingo hay misa, pero tú no eres muy aficionado a eso ¿No, Pablo?

– Bueno, yo ¡también sé rezar! Lo que tiene es que siempre se ha oído eso de «a Dios rogando y con el mazo dando» y yo he pensao, pues si hay que dar con el mazo de toas las maneras, mejor dar con el mazo sin rogar, porque parece que le rueguen o no, Él no te ayuda y así te cunde más el trabajo. Y al final de la jornada, siempre he preferío ir al baile que oír al cura – Se mete entre las hojas de la higuera tentando los higos; los va pelando y metiéndoselos en la boca mientras cabecea afirmativamente – Pues sí están dulces, sí, pa lo ná que dices que ha llovío …

29 comentarios en “Higos fulminados

  1. evacobogonzalez

    Bueno, bueno… Qué cuco es este Pablo, hace como que no le interesan los higos, pero anda que no le apetece comérselos!! Buenísimo relato. Me gusta mucho la ilustración, porque el señor de la derecha parece muy buena persona y con un montón de paciencia…jajaja, será por cómo le habla a Pablo?? O por esa redondez amorosa?

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  2. Mukali

    Pá lo ná que dices que ha llovío, …jejejej, este hombre es de mi tierra, seguro.

    La verdad es que frutas que en apariencia no llaman, luego guardan un sabor delicioso. Pero no se lo digas a Pablo, que su higuera es su higuera…jajajaj.

    Abrazos

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  3. Alvaro Salazar

    Pues mira, me ha recordado un sucedido. Resulta que mi abuelo que era maestro le gustaba enseñar a sus nietos a leer, para que cuando fueran a la escuela, fueran enseñados ya. Pues bien, aquel año nos toco el turno a mi primo y a mi, y nuestro abuelo andaba con sus «l» con la «e» y sus «m» con la «a». Y se pondría tan pesado con esas cosas que mi primo levantó la vista del cuaderno y señalando a un punto indeterminado del techo de la cocina soltó «mira abuelo, una mosca». Pues así me parece a mí que hace Pablo con la campanas: llevar la conversación por otros derroteros para, así, poderse comer los higos sin tanto riesgo de que ese buen señor le recuerde que antes los llamo «fulminaos». Bueno, igual no tiene nada que ver, pero me lo ha recordado.
    Abrazox2!!!!!

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    1. noteclavesilustracion Autor

      😂😂😂Genial tu cuento, Álvaro. Pues el caso es que Pablo os está haciendo navegar por vuestros mares de tiempo y recuerdos. Puede que se está creando aquí una suerte de sinergia entre blogueros muy interesante. Yo quiero creer que algo se me queda de vuestros buenos escribires. Y ahí van los abrazos fulminantes

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  4. Máximo Disaster

    ¡Pero qué elegante resulta Pablo incluso cuando pasa de ti! Primero te recuerda que tus higos están fulminaos a fondo y, luego, cuando ya te ha colocado en tu sitio, te da unas palmaditas en las espalda y te dice «venga, que tampoco están tan mal, chaval, si hasta se pueden comer». Así, como un señor. ¡Me encanta!

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