Continúa hablándome de Tarzán, ese muchacho que salió tan fuerte de una familia pobre y mal nutrida. Según repite el cuento va añadiendo datos sobre una apuesta para cargar un carro de sacos de grano con el dueño de la finca donde trabajaba, que era «muy bestia» y que se liaron los dos mano a mano echándose a la espalda sacos de dos fanegas, luego dice cien fanegas, le pregunto algo sobre equivalencias pero le rompo el hilo y se le escapan las palabras hacia el otro personaje de la historia. Coge ese desvío
– A ese le llamaban Bestia pero era muy buena persona… Tenía un cabrero a su cargo en la finca que se puso enfermo con la tuberculosis y esooooo…era una cosa contagiosa, no se podía andar tocando la leche… Así que le dijo que se siguiera ocupando de sacar las cabras y recogerlas, pero que del ordeño se encargaba él. Y hasta que se curó el cabrero, se anduvo levantando toas las mañanas a ordeñary en dejándolo hecho atendía a su labor, que no era poca. ¡Era una mala bestia!… Y que le dijo, tú no te preocupes que el jornal lo seguirás teniendo completo y así pasó…
-Entonces era una buena bestia
-Eso digo yo
Bestia por lo grande o fuerte…Ser buena o mala persona… era otra cosa. (Cuántas cosas se me cruzan por la cabeza)
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Me imagino que se te cruzan por la cabeza malas y buenas bestias, de las que tod@s hemos conocido a lo largo de la vida. Un abrazaco y ánimo 😊😙
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😊😙
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¡Ja,ja,ja! ¡Qué buena ilustración te ha quedado de la bestia, que a final de cuentas tenía su corazoncito y demostró ser bueno!
¡Un abrazo grande!
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Muy bueno, y muy bonitas las ilustraciones Encantada de leerte. Besos dulces como tu blog.
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Gracias mil, bienestar. A esos comentarios,tan amables, venimos aquí
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Y que no se olviden esos besos y abrazo fuerte
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