-¡Pepita!… ¡Oye! gracias por el panecillo milagroso ese que me trajiste el otro día ¿Era milagroso, no?
-Pues milagroso sería, porque estás muy requetebién…Era por San Antonio de Padua – se dirige a mi dándome los detalles de la festividad
-Es que Pepita sabe mucho de iglesia…
– Ay, qué hombre este – se ríe – Pero es un buen hombre, que siempre se ha llevado bien con todo el mundo y hay que ver lo bien ha tratado siempre a sus mujeres, lo que las ha cuidado…Que Manuela, ¿eh, Pablo? ¡Menudo genio tenía! Pero él se preparó un artilugio en la bici para llevarla en su silla de ruedas y todo y cómo la arropaba y qué atenciones tenía con ella ..¡Uy, a mi me hubiera gustado tener un hombre así!
-Pues todavía estás a tiempo – dice Pablo y ella se ríe
-No, yo ya no quiero más hombres, que he padecido mucho cuidando al mío y ya he tenido bastante…Es que le dio una embolia,¿sabes? y se le quedó todo un lado muerto y así aguantó doce años, bueno, aguanté yo, que no me podía ni mover de su lado, que no sé cómo no me volvió loca, porque siempre estaba, Peeepa, Peepa, llamándome
Pablo es un cachondo, ¿se estaba insinuando, jeje? Qué bueno el dibujo.
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Se crece hablando con las mujeres, sí. La vida fluyendo 😊😉
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Es cierto, Luna…. coqueteando con Pepita… muy bien! Hoy ella tiene otro semblante en tu dibujo…
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Más amable y coqueta😉😊
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😂😂😂 qué linda!
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¡Que bueno!
Saludos.
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¡Ja, ja, ja! ¡Qué pícaro este Pablo! Aprovechó enseguida la oportunidad…
Y el dibujo ¡estupendo y lleno de detalles! ¿En qué momento los realizas? ¿Te salen rápido?
¡Un gran abrazo!
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😊😊 Sí, querida Sari, ha sido una escena divertida. Y a tus preguntas sobre los dibujos: En cualquier momento. Llevo siempre una mochila con pinturas y el cuaderno y no suelo tardar mucho. Te envío un abrazo y me quedo con el tuyo
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El estampado del vestido de Pepita es total. Y Pablo…, ¿qué decir de ese caballero que no hayamos repetido ya? Un abrazo.
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Me fundo en ese abrazo contigo, querida Laura
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Que relato tan curioso, un gaje de cada día. Esta clase de momentos suceden todo el tiempo solo hay que aprender a escuchar a la gente. Eso es algo que debe hacer todo escritor.
Saludos.
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Me alegra oír eso. Gracias por leer y compartir. Saludos 🤗
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Siempre estamos rodeados buenas historias, aprender a escuchar a los demás es un habito enriquecedor.
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Es un relato precioso y muy divertido pero lo que más me gusta es la explicación final de Pepita sobre su «hombre». La identifico completamente con las mujeres de mi tierra: sentido práctico ante todo y en cualquier circunstancia.
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