-Y qué sabes de Afri, que ya no me llama – luego dice como para adentro- claro que yo tampoco hago mucho caso…
-Pero yo voy diciendo cómo estás y ella también me escribe, que hace ejercicio y que va de viaje…que como ella siempre se ha cuidado pues sus amigas le dicen que está estupenda…y encantada de la vida, ¡claro!
-A ver si es que la quieren quitar el queso
-¿?
-Pues que una vez un cuervo encontró un queso y se subió a un árbol pa comérselo y en esto que llegó una zorra. «¡Uy! que cuervo más bonito, cómo le brilla el plumaje, nunca había visto cosa igual». Y el cuervo se quedó escuchando, con el queso en el pico, porque era agradable de oír, y la zorra, que si las alas, que si lo bien que tenían que volar… » Y ese pico tan largo y tan precioso, lástima que esté callao porque a buen seguro tié que cantar muy bien». Así que el cuervo abrió el pico pa demostrar lo bien que cantaba y se le escapó el queso, ¡claro!…Al vuelo que lo cogió la zorra y ni se quedó a oír el cantar ni náY así pasa a la gente también
Si es que la vanidad es muy mala… ¡pero que fácil es caer en ella!
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Está en nuestra naturaleza, yo creo.
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Pues sí, así le pasa también a la gente. Muy bueno, qué salidas tiene 🙂
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Aunque hayamos leído alguna vez estás fábulas (esta me suena del Conde Lucanor) a él le han llegado oralmente, a través de sus abuelos. Además, siempre las cuenta como reflexiones a propósito de algo. Si tienes en cuenta su enfermedad, es sorprendente 😊😘
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Sí que lo es, sí.
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¿Escucharía Pablo esa fabula en sus años de colegio? Lo digo porque yo no me acuerdo de casi nada de aquellos años, pero las canciones que cantábamos (“al coche de mi jefe…”), los poemas que recitábamos (“que por mayo era por mayo…”) siguen en mi cabeza enteritos.
Buen dibujo. Un abrazo!!
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Dice que se las oyó a su bisabuelo «el Morero» y a sus abuelos. En esa época, en la que vivió su infancia, la sabiduría (de los pobres) se transmitía oralmente, cuando se reunían después de la labor, de la siega, de la matanza del cerdo…
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Creo que siempre se conserva esa memoria de las primeras canciones, hasta en las últimas etapas del Alzheimer. Y ese abrazo!!
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Y así pasa la gente.
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Qué buen cuento
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