La cabeza perdida y la tormenta de ranas

Ayer, cuando me levanté Pablo no estaba en casa. Fui en su busca siguiendo el camino que suele tomar cuando pasea solo. A la vuelta, sin que ninguna de las personas a las que pregunté le hubiera visto, me esperaban dos policías que lo habían encontrado en el pueblo de al lado.

-Estababa desorientado, pero nos ha sabido dar sus señas.  No obstante es bueno que lleve puesta una pulserita con teléfono y dirección – Nos han dicho muy amablemente.

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Anoche hubo una tormenta eléctrica y llovió copiosamente.

Esta mañana nos hemos levantado muy temprano y después de las pastillas, la leche y las galletas, hemos salido a dar un paseo. Los dos juntos y sin desasosiego. Ya en el camino nos hemos topado con algo que no se ve a menudo,  un montón de ranas diminutas que se movían desordenadamente, brincando de un lado a otro.

– ¡Mira!, Si son ranas – me ha señalado con el garrote – Esas son ranas que van sorbiendo las nubes de los charcos donde viven – Hace un gesto con la mano como de cuenco para recoger agua – y luego las sueltan cuando descarga la tormenta, en otro sitio…y ahora están que no saben y a ver si encuentran a dónde ir… IMG_20170605_121805_processed.jpg

15 comentarios en “La cabeza perdida y la tormenta de ranas

  1. evavill

    Ay, madre, qué susto!, ya veo que también hace trastadas si le dejáis. Nada menos que hasta el pueblo de al lado se fue!!
    La ranita me encanta 🙂
    Y los policías me han recordado a otro perdido y hallado, este fue uno de mis hijos, se perdió en el parque y lo trajeron escoltado dos policías en moto, él iba en bici, en el centro, llorando…
    Besos, Note. Me alegro de que esta noche si hayas dormido

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    1. noteclavesilustracion Autor

      Ya te digo! Si no quiere que le oigas, se mueve como un ninja😁 Y bueno, el pueblo de al lado está a dos km. sólo que había cruzado la carretera😱Y eso es lo que alertó a la policía, algún conductor responsable les avisó; si no, hubiera ido montaña arriba y ya sí habría sido difícil de localizar😌 A partir de ahí se le requisaron las llaves y cuando quería salir llamaba: «¡Carceleroooo!»😁😁
      Ahora ya se ha acostumbrado, o no lo recuerda.
      Menudo susto pasarías tú también con tu hijo (y él, pobre!)
      Besos a montón, Eva querida

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