-¡Mi navajita bien corta!…Eso eran dos gallegos que habían traído una piara de cerdos y les darían… Ná, cuatro perras por el porte. El caso es que uno de ellos se compró un pan y el otro, se encaprichó de una navaja y se gastaría en ella to el beneficio. Y ya cuando pararon en el camino, el uno se puso a comer el pan, a pellizcos, y el otro sacó su navaja y abriéndola decía «¡mi navajita bien corta!» y el otro le contestó «pues si quieres pan lo compras» – Se queda pensando mientras mastica lo que ha cortado con su navaja – Ahora ya no hay gallegos; les debe ir bien en su tierra…Antes se les veía mucho, iban de pueblo en pueblo con un carrito que llevaba una rueda grande como la de un carro, pero sólo una y unas patas donde lo apoyaban y afilaban cuchillos, navajas, lo que hubiera pa sacar filo…Iban tocando un silbato, así haciendo un sonido largo y la gente salía al escucharlo… También iban otros con una sartén al hombro y haciendo «tintintiquitín»con un hierro en el rabo de la sartén…Y esos soldaban y arreglaban cacharros, porque antes lo que se rompía se apañaba.
«Lo que se rompía se apañaba» , yo escuchaba esa frase de mis abuelos, pero en italiano, en su dialecto…
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Los japoneses hacen arte y filosofía de «lascosasrotas» https://es.m.wikipedia.org/wiki/Kintsugi
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Muy interesante! Gracias!
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Hola, te invito a pasar por mi blog, te he dejado un mensaje. Saludos
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Sabía yo que me faltaba una, y era nada menos que la del afilador. Sí, antes se remendaba.
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