Carnestolendas

Hoy hemos comido en casa de Michelle, un arroz muy rico. Estaba Rosa, pero la Chata no ha venido… Luego hemos ido a dar un paseo hasta la ermita y Pablo, que ha notado enseguida la atención de las chicas, que hablaban de ir al carnaval de Pego,ha dado rienda suelta a sus recuerdos, bien ligero con las palabras «picantes», que son las que dan gracia al cuentowp-1487708833404.jpg y se ha entusiasmado contando cómo era antes; que uno se disfrazaba, no «pa» lucirse si no para no ser reconocido y poder hacer y decir cosas que no están bien vistas si vas a cara descubierta…Y ha contado que su abuela Faustina, que era una mujer muy revoltosa, se puso una vez ropas de su marido, un blusón que la tapaba todo el cuerpo  y en la mano, una romana -¿sabéis lo que es una romana? Como una báscula, que en un lado va el soporte de lo que vas pesando y en el otro una barra de hierro con medidas, por dónde se va corriendo el peso – Bueno, el resultao es…que no se la conocía. Y una de las marquesas y que le dijooo «Oye, ¿ahí, qué es lo que pesas?» Y ella le contestó «¡Cominos!¿Quieres que te pese el tuyo?» img_20170221_211956258

Es que mi abuelaaaa…¡tenía una gracia! …Luego ya después de la guerra prohibieron los carnavales…Y ¡ahora ya no es lo mismo!

7 comentarios en “Carnestolendas

  1. Laura Antolín

    En Asturias a los carnavales se les decía «antroxu» y eran unas fiestas más importantes que las Navidades, que apenas se celebraban. Habitualmente los hombres se vestían de mujeres y viceversa, y así travestidos hacían todo tipo de diabluras. después, comían «frixuelos», que son parecidos a las «crêpes» francesas. Todo esto me lo contaba mi abuelo, que era asturiano.

    Le gusta a 1 persona

    Responder
  2. Pingback: Batman en rosa y Rascayú en la era | darecadodemi

Deja un comentario